2009-03-28

Humor sin remilgos



TRES CHISTES SALVAJES

Abro un cajón y encuentro un viejo tomo encuadernado que agrupa todos los ejemplares de la revista TBO aparecidos en el año 1922.

Pasa que te pasarás las páginas, se da uno de narices con estos tres ejemplos de un humor sin remilgos, que desconoce por completo la tontería políticamente correcta.

Cursiladas, ni media: chistes de mutilados, de descuartizamientos; hasta premonitorios, ay, de un Holocausto para el que poco tiempo faltaba. Risa para los niños del siglo XX.

2009-03-24

Fantástico Manolo Prieto

MANOLO PRIETO en NOVELAS Y CUENTOS
Dedicado al nieto Altés, Magister Ipssísimus del blog hermano Acotaciones de un lector
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Un dibujante de lujo, el multifacético Manolo Prieto, creador entre otras muchas cosas del Toro de Osborne -objeto publicitario devenido símbolo nacional- viene hoy a vernos al Desván. Desde 1942 a 1959 se encargó de las cubiertas de la colección literaria Novelas y cuentos que la editorial Dédalo publicaba en completas versiones de apretada letra impresas en papel de periódico. Democratizar la cultura, se dice eso ahora.



Entre los cientos de libros publicados hay un buen número de títulos fantásticos de los que tanto nos gustan, que les van a permitir admirar la maestría en la síntesis y el sapientísimo dominio de los tres colores planos que exhibe el artista.
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Hoy traigo un poco de todo empezando por las alucinaciones más pulp como estas marcianadas de don Rice Burroughs, o la bizarra historia El islote de los cadáveres vivos, en la que un grupo de científicos judíos fabrican en la clandestinidad mujeres artificiales hechas de carne y plástico y programadas para matar jerarcas nazis... todo escrito al mismo tiempo que Hitler se pelaba hebreos en el mundo real sin contemplación alguna. Inmediatez del pulp, ya lo ven.
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Esta selección de extravagantes policíacos es adecuada para que ustedes se deleiten tanto en la elección de los temas -enanos, monos apuñalados, mujeres serpiente- como en el trazo armónico y equilibrado que caracteriza al gran don Manolo.
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Clásicos fantásticos ortodoxos como Poe, Kipling o London (con ese precioso cavernícola español que añado ya mismo a mi colección particular) junto a otros más personales, de los galaicos ensueños de Fernández Flórez a las ánimas del Purgatorio persiguiendo a Don Juan de la mano del francés Merimée.

No todo ha de ser barroquismo y exceso, por mucho que que como ustedes saben me gusten a rabiar. La elegante línea de Prieto, medida y precisa, transmite la tranquilidad y precisión de la geometría. Ya habrá tiempo otro día de exaltarse...

2009-03-20

Tormented

TORMENTED
Director: Bert I. Gordon. Con Richard Carlson, Susan Gordon, Lugene Sandres, Juli Reding. USA, 1960

Voy a seguir dándoles la murga un poco con lo buenas que son las películas de miedo de los cincuenta, esas que según qué libro de historia del género lea usted parece que no hayan llegado siquiera a existir entre tanto platillo volante y tanto monstruo verde desafiando al mundo.

Un viejo amigo de esta casa, don Berto I. Gordon, es el director de esta joyita que traigo acá bajo el brazo. Por una vez se ha decidido a dejar guardado su repertorio de cíclopes, muñecos vivientes, gigantes de toda laya e incesantes trucos mágicos de baratillo. Tormented es una película de fantasmas, clásica como debe ser, comedida para lo que entonces da de sí el género (que no son otra cosa que las deliciosas estridencias de don Guilermo Castillo con sus Emergos, sus Casas de la Montaña Embrujada y sus Trece fantasmas), una muy grata sorpresa que me reconcilia con Berto una vez más.

Como las buenas historias del género, Tormented se desarrolla en una atmósfera la mar de cotidiana en la que van irrumpiendo como quien no quiere la cosa un montón de crecientes fenómenos espectrales. La celosa ex-novia del desdichado protagonista tiene la culpa desde el Más Allá. Una moderna casa en la playa sustituye la habitual mansión gótica, marco en el que cualquiera de nosotros puede reconocerse.

Pisadas en la arena sin persona que las cause, discos que se ponen a sonar sólos, voces susurrantes, manos ectoplásmicas que roban sortijas, cabezas parlantes decapitadas, fantasmas transparentes. Todo más explícito que sugerido, mediante truquillos simples y eficaces que Berto y su señora esposa elaboran con precisión artesana.



Y una acción que avanza inexorable hacia el previsible desastre en que todo concluye, y una atmósfera de miedo de la que tiene buena parte de culpa una niña, que infancia y fantasmas siempre hicieron buena pareja (por cierto, Susana Gordon, hija de Berto que ya asomaba en Attack of the puppet people)... Una historia modélica, qué quieren que les diga. Los puretas la tacharán de previsible, ingenua, risible y cuantas cosas más quieran, pero lo que soy yo estoy encantado con este clásico olvidado. Y de nuevo lo repito: que viva Bert I. Gordon, por muchos años!

2009-03-17

El primer Western-Horror

CURSE OF THE UNDEAD
Director: Edward Dein. Con Michael Pate, Kathleen Crowley, Eric Fleming, John Hoyt. USA, 1959

Se habla y no se para -y se hace bien- de las producciones de miedo de la Universal de los treinta, indiscutible cumbre estética del siglo; un poco menos y como con vergüenza de los pastiches y otros frutos de la productora en los cuarenta; y prácticamente nada, y ahí viene la injusticia gorda, de las películas de terror de los cincuenta. "Es la década de la ciencia ficción", sentencia el crítico autosuficiente, que necio y engreído entierra un montón de grandes realizaciones bajo el epígrafe de "fracasos y dislates".




Hora es que se quiten de la cabeza semejante majadería: los cincuenta son buena década de cine de miedo, y además muy a reivindicar, qué diantres! Para eso hay títulos como Cult of the Cobra, The leech woman, The alligator people, The return of Dracula o la conocida Mosca de Vincent Price... exploradoras de caminos inéditos, agotadas las iconografías clásicas y antes de que se produzcan la Revolución Hammer y la de los Muertos Vivientes de 1968, que le dieron la vuelta al género como a un calcetín.

Además las de la Universal, pocas pero siginificativas, se benefician de los grandes técnicos de la casa, en especial los fotógrafos prodigiosos; siguen narrando con luces y sombras dramáticas, su marca de estilo; aunque sea reciclando decorados, hay exquisito gusto en la puesta en escena, que todavía dirigen grandes como Cedric Gibbons, y por si fuera poco todas tienen argumentos con fuerte tendencia al disparate.

La verdadera especialidad de Universal en los cincuenta es el western, así que alguien debió decirse que por qué no mezclar uno de ellos con el tema de los vampiros, que a lo mejor al público aún le asusta lo suyo. Y lo hizo, y funcionó, y de qué manera. Hoy les traigo el resultado, se llama Curse of the Undead y la echaron ayer por la tarde en el Canal Desván.

Un guión bien hilvanado que funciona perfectamente como película de vaqueros, con sus conflictos entre ranchos, sus tiroteos, sus matones, su cacique abusón y sus pistoleros. Vestido enteramente de negro, enguantado y de gatillo fácil, el asesino a sueldo que siempre sale en estos filmes resulta ser el vampiro Drago Robles (Michael Pate, un secundario habitual en el género), que desde hace dos generaciones aterroriza al pueblo matando jovencitas hasta que tiene la mala ocurrencia de enamorarse, con lo mal que sientan estas cosas a los No Muertos...



Mezcla ajustada y exótica que como un cóctel de Chicote se deja beber con el mejor de los ánimos, Curse of the undead es lo que se dice una gran película menor: sin estridencias ni alardes cumple su propósito de entretener asustando, con una atmósfera irreal y opresiva y un ritmo matemáticamente preciso que ya quisieran para sí muchas de las cacareadas producciones actuales.

2009-03-14

ROCK-ROBOT

Nuestra clásica sección
Grandes Personas con Bigote presenta hoy a...
Juan Martínez Osete
Dedicated to my young grandson Karswell, master of The horrors of it all

Aborrecido por los puretas, que desconocen su prolífica obra, denostado por los que sólo ven en él al mediocre continuador del El Capitán Trueno, Juan Martínez Osete es un currante del tebeo. Lo que ahora se dice un artesano, para quedar mejor.

Se despachó él solito unos cuantos miles de páginas distribuidas en casi treinta colecciones de aventuras. Y demostró con creces la sinceridad de su estilo, ingenuo y entregado a la causa del género. Portadista brillante para quien quiera ver más allá de un concepto realista y académico del dibujo, facturó grandes tebeos pobres entre 1947 y 1965.

Ya les iré enseñando. Hagan boca hoy con este superhéroe con nombre de grupo de tecno pop de los ochenta, insólito en el panorama español. Lo dibujó Osete en 1957 para quien fuese su más asiduo editor, el catalán Tomás Marco.

Díganme si pueden resistirse a estos desvergonzados colores, a esos logotipos cambiantes, a la superfuerza con que Rock-Robot coge leopardos por el rabo, agarra chinos de tres en tres o vigila el rodaje de una de nuestras adoradas películas de terror. Hala, no me lo nieguen: Osete es uno de los grandes dibujantes pop españoles. Y si no saben apreciarlo, ustedes se lo pierden, gaznápiros!

2009-03-11

Apocalipsis españoles

Se acaba el mundo, señores. O mejor dicho, se acabó en los sesenta, como testimonian las imágenes que para su solaz e instrucción traigo hoy. Un tema nada usual en los tebeos, cuando uno se pone a buscar. Con esta crisis, parece que nos va a tocar correr...
De arriba hacia abajo:
La Tierra del futuro. Juan Boix. Serie de novelas gráficas de editorial Galaor, 1970
Colección Megatón nº 3. Autor desconocido. Editorial Ferma, 1966
Colección Robot 76 nº 3. Jordi Nabau. Novelas gráficas de ediciones Toray, 1967
Lilian, azafata del aire. Enric Badía Romero. Cuadernos de editorial I.M.D.E., 1961