2008-02-28

Womaneater

WOMANEATER
Director: Charles Saunders. Con George Colouris, Vera Day, Joyce Gregg, Jimmy Vaughn. Gran Bretaña, 1958.

¡Arrea, un árbol que come seres humanos, pero solo mujeres y jovencitas! ¡Vente pacá, moza, que te vi a dar un mordisco! ¡Hay que ver qué cosas descubren estos ingleses mientras colonizan el mundo! De esta rareza botánica y sus peripecias ha dado cuenta recientemente el señor Charles Saunders con una película, Comemujeres es su eufónico nombre, que acaban de pasar por el Canal Desván.

Cuenta de un sabio explorador, de los que tienen laboratorio subterráneo y cráneo humano encima de la mesa del despacho, que trae de sus andanzas por una indeterminada jungla un ejemplar de árbol muy raro y lo instala en el sótano. Grande, peludo, magnífico, con ramas que se mueven como culebras abriendo las boquitas y salivando ante el festín. Agradecida como es, a cambio del alimento la planta proporciona un suero que destilado es capaz de resucitar a los muertos y convertirlos en zombis. Claro, al pobre mad doctor no le quedará más remedio que andar a engatusar pilinguis y dárselas de almuerzo al árbol, con ayuda de su ayudante indígena y sus mágicos timbales.

Ya ven, pimpollos, un argumento de los buenos, en correcto blanco y negro, británico y loco, con actores comedidos y hasta secuencias la mar de logradas, aparte por supuesto de todas las que sale el inmóvil monstruo, que son gloriosas de por sí. Otro fantástico inglés, tan lejos de la Hammer como de los cutreríos cormanianos. Voy a investigar y les contaré, porque me acabo de enterar de que este director Charles Saunders ha descubierto en Londres la cabeza de Nostradamus vivita y coleando, y va a facturar enseguida otra de sus magnas crónicas, The man without a body. En cuanto la echen en el Desván les informaré, nietucos avispados.

Los pitillos del Diablo


UN NIÑO MUY MALO

Ay, niño Arturo, niño Arturo... qué malo eres... ¿Pero ya estás otra vez liándola con esos cigarritos, poca vergüenza? ¡Viciosillo...!


(Portada de un cuento en miniatura, publicado en Madrid por Saturnino Calleja en 1901).

2008-02-25

Peligro Amarillo


EL PELIGRO AMARILLO!!
Como me siento obligado a constituirme en heraldo del peligro que acecha incesante a la civilización occidental -la nuestra, qué caray- he decidido sorprender a los nietos más fieles con la creación de una nueva sección de la cosa esta electrónica, que viene a sumarse a las demás en la tarea inabarcable de desasnar sus mentes y abrirlas a los secretos del pasado.

Los chinos son muchos, ya lo saben. Visten batines de dragones, llevan coleta y son muy aficionados a las torturas. Y no nos quieren nada a los demonios extranjeros. Tras largos años de encierro en este desván, estoy convencido de que pretenden apoderarse del mundo para hacer maldades, que así lo he leído en las numerosísimas fuentes científicas que he consultado, y que son precisamente las que van a servirles de advertencia en esta nueva sección llamada EL PELIGRO AMARILLO.

Cada cuando me dé la gana, les mostraré las pruebas irrefutables del complot. De primera lección tocan hoy estas tres:



Una edición de 1935 de la primera novela del Doctor Fu Manchú, nobleza obliga, publicada por la barcelonesa editorial Molino antes de que la Guerra Civil le hiciese abandonar sus cuarteles en España, con dibujo del habitual de la Biblioteca Oro Longoria.



Roberto Alcázar, 1945, él sí que sabe de qué va esto del peligro amarillo. Garrotazo y tentetieso, qué tanto mareo ni complicaciones. ¡Tira fuerte de la coleta, Pedrín! ¡¡Que viva Eduardo Vañó!!




Un folletín anónimo, cita obligada, de la catalana editora Gato Negro (ustedes la conocen como Bruguera), hacia 1930. La ciudad del infierno o Los misterios de Shangai, con damas atadas, héroes en apuros, ídolos paganos y chinos con hierros candentes.


¡¡ Atentos a las próximas entradas!! ¡¡El mundo está en peligro y necesita de todos ustedes!! ¡¡Háganme caso!!

El Kiosco del Desván - 4

UN VIAJE AL PLANETA MARTE - cuarta y última entrega

Lo prometido es deuda: las últimas seis portadas de Un viaje al planeta Marte, pródigas de nuevo en maravillas. Pterodáctilos, vacas gigantes, zulúes colosales... y sobre todo los escurridizos Hombres Saltones, esos seres regordetes y desaliñados a los que si no es a trancazos no se los saca uno de encima, que aún por encima de todo son caníbales!

Se termina la aventura: caen las ventas, se impone el regreso a la Tierra de Benjamín e Isaac. Un poco bruscamente abandonan el planeta recién explorado, y caen a nuestro mar. Ahí les muestro la ilustración interior del último cuaderno para que lo vean ustedes mismos.

Para continuar con nuestra sacra misión de divulgar las glorias de estos modestísimos cuadernos por entregas, que ustedes se creen, panda de acémilas, que esto del pop es cosa de los años setenta esos de la mierda, la próxima semana El Kiosco del Desván se honrará publicando la primera de una nueva tanda de cubiertas antológicas, obras todas del mejor de los portadistas que esta nuestra tierra ha dado: el grandísimo Melchor Niubó, alias Niel. Gorilas en paños menores, titanes de bronce, vengadores enmascarados, trazos gruesos, colorines, extravagancias y buen gusto a raudales.

Es de justicia honrar a los grandes artistas y de este Niel hasta ahora nadie se ha acordado. El Abuelito se dispone a homenajearlo como se merece. ¡¡No se pierdan sus lecciones y acabarán sabiendo un montón de cosas de las que no sirven para nada!!



2008-02-24

Cult of the Cobra


CULT OF THE COBRA

Director: Francis D. Lyon. Con Faith Domergue, Richard Long, Marshall Thompson. USA, 1955.

Producto menor, tienen la desvergüenza algunos de llamar a este tipo de películas. Será por envidia, claro, que buenas razones hay para envidiar su impecable ritmo, su puesta en escena, sus lucecitas de sentido dramático y su glorioso blanco y negro. Y hasta su argumento, qué demonios: la venganza que mediante una mujer serpiente debe ejercerse sobre un grupo de antiguos soldados americanos que profanaron el templo hindú del Culto de la Cobra. Infelices, nada bueno puede salir de semejantes ceremonias paganas, que los dioses sólo generan horrores.

¿Verdad que suena como a monster movie, y más aún sabiendo que es de 1955 y de la Universal? Y sin embargo, de eso nada: en las antípodas de la psicotronía, por mucho que las señoras muten en sierpes, este Cult of the Cobra goza en sugerir, nunca en mostrar, a la manera de Val Lewton y sus mujeres pantera. Asesinatos elegantemente resueltos; una actuación de Faith Domergue como dama exótica y misteriosa para quitarse el sombrero, que menudos ojazos negros que tiene la moza; deliciosa ambientación de estudio y convicción y firmeza al narrar. Una perla oscura de los cincuenta, de las que por estos pagos ni nos olemos su existencia. A buscarla, espabilados.

2008-02-23

Dos tebeos de ahora mismo

DOS TEBEOS LA MAR DE MODERNOS PARA LA MUCHACHADA!!

Hala, como que me dicen que no digo más que cosas viejas y soy anticuado, ahí va eso: dos perlas modernas de tebeo, o cómis como se dice ahora, con cantantes yé-yé de rabiosa actualidad. Una de la mejicana Novaro, versión americana de la más reciente película de los melenudos, del primero de mayo de 1969, y otra de la Marvel de diez años más tarde, hace como quien dice dos días, con Alicia Cooper haciendo el indio en un manicomio aunque ya no espanta ni a las moscas... pero no sé, no sé... hay dicen unos chicos pistols o puns o no sé qué que creo que andan a revolverlo todo... no sé... ni me importa... allá se apañen ustedes, que si pongo estas cosas en el Desván es para contentar a la juventud del momento. ¡¡Que hay que ser moderno y fregar con Spontela!!




2008-02-19

Charlie Chan in Black Magic


BLACK MAGIC (a.k.a. Meeting at midnight)
Director: Phil Rosen. Con Sidney Toler, Mantan Moreland, Frances Chan. USA, 1944.

Otra de las que el grande detective oriental rodó con la Monogram, último de sus refugios tras los años de abundancia con la Twenty Century Fox. Son los cuarenta y el cine es cosa de estudios, ya deberían saberlo. Warner Oland, el magnífico licántropo Doctor Yogami en Werewolf of London (1935), encarnó a Chan en sus mejores tiempos, en 16 películas nada menos.
Esta la protagoniza Sidney Toler, que de chino tiene lo mismo que Oland (nada), pero que como él, demuestra una vez más con su impecable creación que es siempre preferible la imitación , lo artificial a lo real. Valen un potosí sus modales atildados, sus proverbios de Confucio y su dicción entrecortada. Es más, son la mitad del encanto. Porque no nos engañemos, estas son películas a las que se acude en estado de mono, cuando la retina suplica estética serie B años cuarenta. La realización es como en casi toda la Monogram correcta y rutinaria, con una sola cámara, modos teatrales y prisa loca por ceder el plató a la siguiente producción que está por cocerse. Los argumentos enloquecidos o los grandes actores redimen este tipo de títulos; de lo contrario, ay, el bostezo está casi asegurado.

Black Magic se llama esta aventura y eso la salva. Aunque el esquema es idéntico al de las otras cuarenta y tres películas de la serie, o sea la investigación en un escenario único lleno de sospechosos, aquí se juega con la ventaja de contar con hipnotizadores asesinos, muchachas en trance, sesiones de espiritismo y drogas que quitan la voluntad, ingredientes capaces por sí solos de animar cualquier argumento. Y con los maravillosos trajes blancos de Charlie, las gracias tontorronas de su chófer Mantan Moreland, el negro miedoso de ojos desorbitados, y los policías bobos de turno. Qué demonios, que viva Charlie Chan!

El Kiosco del Desván - 3


UN VIAJE AL PLANETA MARTE - 3ª entrega

Ved aquí, como todas las semanas, la tercera entrega de portadas del magno folletín Un viaje al planeta Marte. Tal vez fuese escrito por Canellas Casals, hombre clave en la ciencia ficción demente y popular durante los años treinta y cuarenta. El caso es que este señor, escritor prolífico de argumentos locos, era por entonces fiel colaborador del editor Tomás Marco, publicante de folletines y tebeos. Es seguro que Canellas escribió otros títulos clave, que con un poco de suerte irán los más inquietos de ustedes conociendo, como Klum Zivan o Los vampiros del aire. Pero de este no puedo asegurarlo tan cierto. Hablaré un día de Canellas, sí, y hasta les enseñaré una foto suya.

No se distraigan más, que hoy viene la cosa cargada: colorines psicodélicos del gran Farell en el 14, magnificencia pop en la cubierta del número 16, perspectivas insólitas y garras gigantes en el 17, y como remate gorilas voladores en el 18. A ver quién da más. Eso es fantasía y prodigio, y lo demás caralladas, así que no se quejen si algún ejemplar se ve amarillo u otro está mordido de ratas. Y ahora me voy, que echan en Canal Desván una de Charlie Chan.

El próximo martes, las últimas seis portadas de la serie. Y el siguiente, colosales sorpresas para los nietos que hayan sido buenos!!




CONCLUIRÁ LA PRÓXIMA SEMANA. ¡¡NO SE LO PIERDA!!

2008-02-16

El Kiosco del Desván - Los Cromos

Frankenstein y el Hombre Lobo
Álbum de 144 cromos. Anónimo. Editorial Fher, 1946

Bizarrísimos cromos en siniestro blanco y negro hechos para alegrar las miserias de la posguerra española. Pop art del nuestro, dibujado con grises difuminados en estilo tosco y enamorado, sublime y primitivo. Son como fotogramas congelados de la película que Paul Naschy intuía fascinado tras las imágenes del film original, cuando de niño la vio en un cine de barrio allá por los cuarenta y cautivó para siempre su imaginación. Vienen sin firma e ignoro el nombre de este gran artista pintor, pero en todo caso, es el mismo que hizo otras cumbres del cromo español como El misterioso Doctor Satán o Los estranguladores de la India. Tenebrismo burdo y rollo enfermo que capta mágicamente en su tosquedad el espíritu auténtico de la soberana producción de la Universal, evasión pura para cambiar con los amiguetes en el patio del colegio entre la clase de Formación del Espíritu Nacional y la de Catecismo. ¡A disfrutar de las muestras! Y ojo, los originales son así, mejor no han podido salir!

















2008-02-15

Del Almanaque de Mickey para 1936

Tiempos felices sin corrección política... probablemente dibujado apócrifamente por un autor español para la revista de Editorial Molino en 1935.

2008-02-13

Tres películas de miedo de John Brahm - 2

THE LODGER
Director: John Brahm. Con Laird Cregar, Merle Oberon, George Sanders. USA, 1944.

Después de The undying monster, este El realquilado es la segunda película que John Brahm rueda para la Fox. Vaya por delante que sin ser una producción de gran coste no se trata ni mucho menos de la habitual serie B; aquí hay detrás un gran estudio y por tanto los medios técnicos son impecables, que para eso se cuenta con tres pesetitas más de presupuesto. Y se nota mucho. Tanto que resulta ser la mejor creación del director. Una película de quitar el hipo, una obra maestra, ya está dicho, ea.

El señor Brahm, y después de ver esta ya no me cabe duda, es un autor como unas casas, con un sello personal que distingue su cine del de cualquier artesano de Hollywood (ojo, que esa es la gente que un servidor más respeta). Estilo, se dice, y finura y elegancia en este caso. Una cámara grácil y volandera, presta a situarse en los lugares más insólitos y a dejarse llevar en travellings desorbitados; una fotografía expresionista sencillamente excelsa, que juega y domina las sombras a su antojo; una iluminación que convierte el Londres brumoso y eternamente nocturno -en realidad un solo plató rodado desde mil ángulos- en escenario de pesadilla opresivo y amenazador; una puesta en escena exquisita, amante del detalle, nada naturalista y gratamente artificial... Brahm sabe hacer del espacio un actor más, y no precisamente el menos importante del reparto.

Y encima, y aquí viene la diferencia con The undying monster, ¡qué admirable guión! Nada menos que la historia del Destripador -no se llama Jack, pero actúa en Whitechapel y mata también señoras públicas- vista desde el punto de vista de la casera que le alquila una habitación con ático. A Laird Cregar, un actor de presencia imponente, estilo vieja escuela, comparable en su magnificencia -perdóneseme la blasfemia- al mismísimo Lugosi. Camaleón siniestro y atormentado de dicción solemne y macabra, se insinúa su homosexualidad reprimida y se muestran a las claras sus obsesiones bíblicas que le llevan, no puede ser menos, a matar. Cosa mala la religión y en grandes dosis más aún, y si no que se lo pregunten a Merle Oberon, pobre muchacha alegre a quien Cregar quiere encargarse de extirpar el mal -muy a su manera, claro- en unas secuencias finales que nada tienen que envidiar a los supenses hitchcockianos ni a los alardes formales de Orson Welles. Película además de personajes, con secundarios deliciosos y trabajados como debe ser; delicatessen añeja de las que se catan pocas en toda una vida. Yo ya me he hecho devoto de John Brahm para siempre.