2009-09-30

Kelly "Ojo mágico"

El impresionante avance de la nueva Wehrmacht. Nazis locos y pterodáctilos!!

¡¡Yo quiero ser como él!!

Contra Yeti, garrotazo!

El vampírico Conde Varga, un episodio de terror gótico delirante...
... por entre las llamas del mismo infierno.

Aparición espectral de un gigante celta muerto hace siglos...


Los Magus, zombies submarinos recubiertos de conchas y limos...

Search & Destroy!!!!

Semillas del espacio aterrorizan un campo de fútbol español (fíjense en las boinas). La olvidada serie Ingleses y Olvidados presenta:
KELLY "OJO MÁGICO"
----------------
Hace algunos días, trescientos sesenta y cinco más o menos, les traje a colación al primero de los héroes británicos de la Fleetway que poco a poco irán desfilando por este Desván, el investigador de lo oculto Max Audaz.

Hoy le toca salir a Timoteo Kelly, afortunado poseedor del talismán inca del "ojo de Zoltec", que convierte en invulnerable a quien lo porta. Los guiones se deben al genio de la historieta bizarra británica Tom Tully, padre de otras historietas igualmente catárticas: Mytek, Zarpa de Acero o Los hermanos Wild. El argentino que crease El Eternauta, don Francisco Solano López, le dió vida gráfica. Empezaban los sesenta.

Tebeo gótico antes que festivo, su alegría se manifiesta en un festín de destrucción. Tim Kelly será quemado, acuchillado, aplastado, hervido, macerado de todos los modos saliendo siempre indemne. Sus enemigos, pertenecientes todos al universo del terror clásico, emprenden carreras delictivas de aires inevitablemente apocalípticos, entregados a una voluntad de aniquilación total, absoluta.

De su tipología no les cuento más, que pueden verla en esas ilustraciones vociferantes, tremebundas, siempre al borde de la muerte. Una historieta genuinamente de miedo, disfrazada de otra cosa para burlar la severa censura inglesa y su aversión por el género. Un clasicote de tebeo europeo como un piano, eso es, qué diantres... ¿O es que sólo van a contar los francófonos remilgados?

2009-09-28

The new adventures of Tarzan

LAS NUEVAS AVENTURAS DE TÁRZAN
Director: Edward Kull. Con Herman Brix, Ula Holt, Frank Baker, Don Castello. USA, 1935

Vuelvo, mal que les pese, a la carga con los seriales, y es que es cosa propia de viejos el ir a su bola, repetirse más que el ajoaceite y prescindir alegremente de hablar de lo que sus pobres interlocutores anhelan oír. Así es este Desván, aguántenlo con resignación... o lárguense a otro lado, demonios!!

Por segunda vez, y harto de ver a su criatura convertida en un idiota balbuceante por el Hollywood oficial, el mismísimo Edgar Rice Burroughs se decide a escribir y producir una historia de Tarzán específicamente destinada a la pantalla. Escogió además el cuerpo atlético del deportista germano Herman Brix -quien años más tarde cambiaría su nombre por el de Bruce Bennet logrando acceder a la primera línea de la industria- para representar la majestad blanca entre tanto indígena y tanto malvado rusoparlante.

El resultado es todo un acierto. Los músculos y el tipo ario de Herman Brix dan lugar al mejor Hombre Mono de la pantalla; su comedida interpretación, también. El Rey de la Jungla recala, por afinidad natural, en el serial. Y lo hace con holgura, es decir, con un presupuesto decente que le permite mantener cierta dignidad.


El rodaje de los doce capítulos se realiza en Guatemala, a donde ha ido a parar Tarzán ayudando a una expedición de anglosajones que buscan a la Diosa Verde, ídolo al que veneran los indígenas. La estatua oculta en su interior la fórmula arcaica para fabricar un explosivo de inusitada potencia. El cómo estos aborígenes, muy primitivos y de limitado lenguaje ("unga, unga" es su expresión predilecta), atesoran semejante avance científico no es sino una licencia poética más de las muchas que Burroughs suele permitirse, sabedor de nuestra simplicidad y afición por los asuntos inverosímiles.



Unos espías extranjeros que ambicionan el mismo objetivo completan el reparto. La estructura es como en casi todos los seriales, la misma del moderno videojuego Pacman. Los buenos son perseguidos por los malos hasta que se apoderan de algo que hace tornar la situación, convirtiéndose ellos en los perseguidores. Alternativamente el poder pasa de unos a otros, que no hacen más que correr por la jungla dando vueltas, como el Pacman lo hace por su laberinto. Y así van transcurriendo semanalmente las entregas.

Lo notable es que en esta producción aparecen diversos escenarios, incluyendo templos paganos y cámaras de torturas; las peleas con animales son inmejorables en su resolución; en despliegue insólito en el género, la acción se traslada a la ciudad, a un barco y hasta a una balsa de naúfragos; y aunque salvajes y sacerdotisas sean tan de guardarropía como siempre, el rodaje en escenarios naturales aporta verosimilitud y bonitos y variados encuadres.


Simple, eficaz, ingenuo y primario. Algo repetitivo también, como el mismo ciclo literario del personaje. Defecto que quien como yo esté ávido de acción viejuna en blanco y negro perdonará fácilmente. Y hasta, qué quieren ustedes, acabará por encontrar que más que inconveniente es incluso virtud...

2009-09-23

La jungla de los seriales


La Pinacoteca de los Genios del Abuelito presenta...
LA JUNGLA DE LOS SERIALES

Intentando poner orden -tarea sobrehumana- en las cosas del Desván, casi me da un pasmo al descubrir enterrado bajo el polvo un viejo libro sobre los carteles de los seriales. Ver estos tesoros de chillones colorines y acordarme de ustedes ha sido todo uno.
----------------------
Nunca como en este cine la distancia entre la realidad y el deseo ha sido más inmensa. Tras estas hermosas Obras Pictóricas del Siglo XX acechan, en demasiadas ocasiones, unos modos que mueven más a la pena que a la prometida épica.
---------------------
Lo que no quita para que uno sea irracional fanático de este género, esencia que condensa todos y cada uno de los lugares comunes de la imaginación de la primera mitad del siglo. Y las devuelve en imágenes como éstas, de belleza congelada e insolente. Apelando al instinto, lo inmediato es preocupación primera de este arte.
----------------------------------
La jungla de juguete es uno de mis destinos de vacaciones predilectos. El serial la exploró en todos sus recovecos, como pueden ver con las muestras que traigo hoy. Yo, qué quieren que les diga, las tendría colgadas en las paredes del Desván antes que cualquier cuadro de artistas consagrados... primitivo que es uno...
----------------
(OJO!!!: Pinchen AQUÍ y accederán a la MEJOR PÁGINA SOBRE SERIALES en el idioma de Cervantes. ¡¡¡No dejen de consultarla!!! )

2009-09-20

The hatchet man

Peligro Amarillo presenta...

THE HATCHET MAN
Director. William Wellman. Con Edward G. Robinson, Loretta Young, J. Carrol Naish, Leslie Fenton. USA, 1932

Es don Guillermo Wellman, aunque su renombre no le haga justicia, piedra angular del cine clásico de Hollywood, como los señores Walsh, Hawks o el mismo Miguel Curtiz. Acuérdense los más flacos de memoria de sus poderosos -y decadentes- westerns Cielo amarillo (1948), Incidente en OX Bow (1943) o su antiheroico Búfalo Bill (1944). Canónicos.

Esta Hacha justiciera es lo que se dice una película de chinos, bien que sean muy pocos los verdaderos orientales que aparecen en ella. Los papeles principales corren a cargo de actores blancos maquillados, lo que refuerza el carácter eminentemente artificial con que el cine de Hollywood ha definido siempre lo Oriental. Maravillosos decorados llenos de dragones de madera, puertas circulares, templos entre lo raro y lo siniestro, jardines con lotos y mesitas bajas... todo recuerda otros títulos señeros del género, como el comentado por aquí Mr. Wu (1927).



Como aquella, esta es historia de deber, venganza y honor, de choque entre la vieja China y las nuevas costumbres que la occidentaliza--ción impone; melodrama criminal que gusta de cargar las tintas en los componentes macabros del relato. Edward G. Robinson es verdugo de un clan Tong de San Francisco, el equivalente chino de la Mafia, con sus familias, su jerarquía, sus asambleas y sus asesinatos.

Obligado por su juramento a ejecutar con su hacha a su mejor amigo -un J. Carrol Naish irreconocible que hace gala una vez más de sus cualidades camaleónicas transformándo-se en perfecto Hijo del Celeste Imperio-, Robinson acabará casándose con la hija de éste. Un prodigio de montaje es la escena de la decapitación de Naish, resuelta casi en silencio en una serie de planos tan morosos como intensos.



La amarga penitencia que hay que pasar por haber errado desde un principio el rumbo, la traición, la imposibilidad de redención sin castigo, la culpa, la mentira, la expiación: temas de los gordos que teje esta sorprendente Hacha justiciera, con tino y sin ínfulas, desde urdimbres aparentemente modestas.

Y formalmente, ¿qué les voy a decir? Guerras entre los clanes Tongs de Chinatown, adulterios a ritmo de jazz, sicarios a sueldo, tugurios de pilinguis chinas, todo con formas exquisitas que ya quisieran los modernos de hoy. ¿Quién sería capaz de resistirse a semejante tentación?