Tragados por el abismo

EL LIBRO DEL ABUELITO
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¡Cuántas veces no hemos oído lamentarse a muchos de ustedes con frases como "¡Nadie nos cuenta la verdadera historia del tebeo español!" o "¡Qué feliz sería si pudiese saber largo y tendido sobre los miles de tebeos que se publicaron antes de que yo naciera!"

Pues bien, coleccionistas, bibliófilos curiosos, investigadores de la cultura popular, degustadores de rarezas, lepismas varios... se acabaron sus cuitas. HOY ESTÁN DE ENHORABUENA porque...

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¡Acaba de publicarse el Libro Gordo del Abuelito!! ¡¡LA ÚNICA, GENUINA Y VERDADERA HISTORIA DE LA SERIE B DEL TEBEO ESPAÑOL!! Su título es...

TRAGADOS POR EL ABISMO. La historieta de aventuras en España

¡¡Un volumen que el Abuelito firma con su seudónimo PEDRO PORCEL, para solaz, regocijo e instrucción de todos ustedes!! ¡Un libro de gran formato destinado a perdurar!
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La historia en detalle de la época más fértil de la viñeta en España, con cientos de miles de páginas publicadas en más de ochocientos títulos diferentes. De cuando el tebeo era Industria y Carne de Literatura Popular.

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¿Quiere usted conocer quiénes fueron sus artífices? ¿Saber cuál es el más extraño héroe de papel? ¿Averiguar si existieron malvados bicéfalos? ¿Viajar desde su confortable presente a un pasado de roña, pobreza y colorines? ¿Conocer vida y destino de El Poder Invisible, El Cosaco Verde, El Charro Temerario, El Misterioso X y cientos de bizarros personajes más? ¿Quiere usted presumir de intelectual extravagante ante sus amigos reivindicando el trabajo de genios olvidados y la estética más sincera y descarnada que ha pisado jamás un kiosco? ¡NO LO PIENSE MÁS!

TRAGADOS POR EL ABISMO

...es sin lugar a dudas el libro que usted necesita. Un recorrido exhaustivo y minucioso por el tebeo español del siglo XX. ¡¡CON CASI QUINIENTAS PÁGINAS DE TEXTO Y MÁS DE MIL ILUSTRACIONES!! ADQUIÉRALO ANTES DE QUE SE AGOTE PIDIÉNDOLO EN www.edicionsdeponent.com

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El Mago

Sólo fiel a su visión interior, el Mago nada respeta los convencionalismos de los hombres

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Talismán totémico, la Túnica, la Vara, la Llama

Figura nocturna, conexa con lo infantil y con lo animal


Realizando un Hechizo de Luz

Valgan esta figuras arquetípicas, llenas de sabiduría oculta para los ojos que sepan ver, para glosar la figura del Mago, un ser incomprendido las más de las veces, siempre extraordinario y enigmático. Cuanto más grimorio lee uno, más difuso parece su trabajo. Por eso es aconsejable acudir de vez en cuando a las fuentes primigenias, como la valiosísima colección de Cuentos Marujita, fuente inagotable de enseñanzas cifradas, parábola, espejo y recuerdo de Otros Mundos.

Una Hermandad de Adeptos. Ediciones de 1935 y 1964.

El Maleficio
Con su voluntad, el Mago altera el orden natural...


Eremítico en su saber, singular en su magnificencia, terror de los ignorantes...

Hace algún tiempo que AQUÍ les seleccioné, extraidos de estos cuentos, un informe gráfico sobre el Umbral y su paso. La iconografía del hechicero nos ocupa hoy. Barbado, delgado, excéntrico, disconforme con las ilusiones de sus vulgares congéneres, eremita, altivo, fumador y con gafas... igualico, igualico que el mismísimo Agüelico.

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Paternal acoge y guía a los aspirantes...

Peligros e infortunios jalonan el camino del Mago

Un Ser Superior que nada debe a su prójimo

El objeto encantado

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Aparecieron en España estos grimorios en miniatura entre los años 30 y los cincuenta, conociendo numerosas reediciones. Contienen magia celta, gaélica y bretona, pues no en vano proceden de la Isla de las Brumas. Ilustradores ingleses de resabios modernistas, como la iniciada Hilda McGavin, se encargaron de cartografiar en ellos el mundo feérico de sus tierras. Estudien detenidamente su mensaje...

Superhombres españoles: Batman

Arriba, primeras tiras de Bob Kane, 1943. Abajo, la "adaptación" realizada por Julio Ribera en el nº1 de Robin y el Murciélago.

EL (FALSO) BATMAN ESPAÑOL

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Era 1948. Por estos pagos a los que ni siquiera los tebeos mejicanos de Novaro habían llegado, nadie tenía ni puñetera idea de quién era Batman, el héroe de Bob Kane. Y es que aunque a los jovenzuelos les parezca mentira, hasta que Timoteo Burton no puso sus arteras manos sobre el Hombre Murciélago, el común de los españoles desconocía su existencia.

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Así que ni cortos ni perezosos dos jóvenes casi imberbes decidieron, a la hora de crear un tebeo con que ganar el pan para sus familias, copiar sin más viñeta a viñeta las aventuras de prensa dibujadas por Bob Kane, firmándolas con su nombre: Julio Ribera a los pinceles y el misterioso seudónimo de Walter Benson a la máquina de escribir. Robin y el Murciélago llamaron al invento, por aquello de no ser demasiado descarados usurpando hasta el nombre...

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Mas pronto se cansaron de copiar sin más. Era mucho más divertido, pensaron, parir aventuras apócrifas, aunque con ello el carácter de los héroes originales quedase alterado de arriba abajo. Si éstos no usaban armas, sería por tontos o por cobardes, cosa que sus émulos españoles no eran en absoluto. Así que ahí lo tienen, un Robin ultraviolento lanzando plomo alegremente, junto a un Batman que despacha a sus enemigos con granadas de mano...

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No se enteró Bob Kane de la jugada, que para entonces España no era más que un país exótico y subdesarrollado impensable como mercado. La serie no tuvo además nada de éxito, pese a las divertidas zurras que el Murciélago y su levantisco amigo proporcionaban a chinos y encapuchados. Otros tiempos eran, ya les digo...

Las manos de Orlac

LAS MANOS DE ORLAC

Director: Robert Wiene. Con Conrad Veidt, Alexandra Sorina, Fritz Kortner, Paul Askonas. Alemania, 1924.

Vaya, hasta ahora no me decidía a hablarles de esta película del ilustre Roberto Wiene por estimarla demasiado difundida, hasta manida y todo, siendo como es meta de este Desván divulgar filmes olvidados y hermosos cuya importancia ha pasado las más de las veces despercibida. Pero el caso es que el otro día pude verla de nuevo, y entre los méritos grandes que atesora y el hecho de que hace cerca de cuarenta años que la echaron por la tele, me han decidido a traerla hoy aquí.

Aparentemente, y después de cumbres de lo artificial como El gabinete del doctor Caligari y Genuine, el señor Wiene factura aquí un filme naturalista, apegado a la realidad. Mas no puede disimular su carácter de pesadilla, especialidad de la casa. Gusta de las sombras y las formas extrañas, y desde un principio, en secuencias como la del accidente ferroviario donde Orlac el pianista pierde sus manos, practica una estética macabra de sangre y parihuelas, recreándose en ese mundo de fuego, ruína y acero retorcido.

Seguro que ya conocen el argumento de esta historia de mutilación y locura: es la de un pobre infeliz convencido de que las manos que le han trasplantado pertenecen a un asesino en serie, bajo cuyo influjo se siente impulsado a matar. Horror al cuerpo propio y repulsa de uno mismo, nada menos. Conrad Veidt, primera estrella del cine de miedo, histriónico y atormentado, casi tan sonámbulo como Cesare el zombie caligariano, es viva imagen de lo insano. Sobre sus espaldas, y sobre las de la bella y sensual Alexandra Sorina, recae buena parte del peso del filme. Composición, encuadres y decorados buscan la estilización máxima, como si la naturaleza real de los objetos añorase la del cartón pintado que poblaba anteriores obras de Wiene. Habitaciones en penumbra, de puertas enormes, parcamente vestidas con muebles incómodos, desproporcionados, inhumanos en suma. Onirismo y obsesión son las claves de tan claustrofóbico relato.

Son estas Manos de Orlac -que cuando vi de niño, allá por 1924, me llenaron de pavor durante días- obra maestra del expresionismo capaz de proyectar sobre la realidad una mirada única, febril y alucinada, que trasciende la folletinesca esencia del relato -está basado en una novela del excéntrico Maurice Renard- para ofrecer una sombría visión del mundo concebido como horrenda confabulación donde toda inocencia es aplastada. Filme tan lúcido como enfermo, lo que no hace, como ustedes bien saben, sino añadirle mayores dosis de interés y belleza.

Actualidades urgentes

No es norma de esta casa, los más asiduos sin duda lo saben, dar cuenta de esa entelequia tantas veces desagradable que convenimos en llamar actualidad... pero hay ocasiones en que la cantidad de novedades interesantes es tal, y sobre todo tan alta su calidad, que me veo obligado a hacer una excepción para encarecerles que se fijen y valoren los esfuerzos que otras mentes efectúan con tal de sacarles del pozo de ignorancia en que se hallan -desgraciadamente- sumidos.

Tal es el caso de la Historia General de los Cómics "Del tebeo al manga" que coordinada por el veterano sabio don Antonio Guiral viene publicando hace un par de años Panini. Hay que llamar la atención sobre el nº 7, último de los tomos aparecidos, donde se hace un REPASO HISTÓRICO nada menos que al tebeo popular, ese que por sistema queda excluido de las crónicas oficiales.

Por si no lo sabían, yo se lo digo: Tintín era en Francia el ídolo de los niños pera, los pijos que dicen ahora ustedes de forma malsonante. El pueblo llano nutría sus ensueños con material más basto y sincero. Héroes enmascarados que fuman a todas horas, tramperos mataindios, soldados violentos, bandoleros románticos y tarzanes de cuarta fila. Cientos de miles de páginas hasta ahora ignoradas por la historia oficial.

Así ha sido en Francia, Italia, Gran Bretaña, México o nuestra mismísima Piel de Toro. Y así lo pone de relieve este estudio, ameno, documentado, muy necesario para quienes no comulgan con cómodas verdades dogmáticas, ni con el criterio de cuantos popes juzgan lo que es digno de pasar a la historia y lo que debe condenarse al olvido.

Todo el riquísimo pasado en viñetas de varios países -con especial atención a este nuestro que nos ha tocado- se desvela por fin en este tomo heterodoxo y ejemplar. Una reivindicación -la primera hecha en castellano- del tebeo popular, roñoso, ese que da grima a los atildados fanáticos de la línea clara y tanto nos gusta a los amantes del exceso y lo bizarro. Una lección de cómo debe escribirse la historia, un caudal de conocimientos condensados en colorines, una maravilla, vaya, que no deben perderse bajo ningún concepto... y sólo por veinte eurillos, como esos que tan alegremente desperdician en sus noches sabatinas... ¡¡Hay que cultivarse, hay que aprender!!

Ya que los tengo ahora encaminados hacia su librería, no olviden que ACABA DE SALIR EL MONDO BRUTTO nº 41, lo que ya se conoce en los mentideros de la corte como la mejor revista que España da a luz. Como siempre, viene cargada de artículos del más alto interés, entre ellos tres cuya lectura es OBLIGADA para quienes frecuentan este Desván:

1.- Nada menos que un DOSSIER DE MÁS DE SESENTA PÁGINAS de apretada letra sobre el CINE CRIMINAL ESPAÑOL DE LOS CINCUENTA, un género glorioso y abundante del que alguna vez les he hablado. Actores, directores, títulos, reseñas... un informe completo, por fin, más allá de las aproximaciones hasta ahora publicadas. Y de la mano de doña Grace Morales, pluma de reputada lucidez y acerada ironía.

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2.- Un artículo largo y prolijo sobre la sociedad esotérica Golden Dawn, de la que todos han oído hablar pero hasta ahora no han conocido gran cosa: esta es su oportunidad para salir de la ignorancia ¡¡¡¡No la desaprovechen!!!!

3.- Una reflexión sobre la Otredad de la mano de su mismísmo Abuelito, a través de las Vidas Paralelas de Acquanetta, quien fuera Mujer Gorila del cine de la Universal, y de Rondo Hatton, el más ilustre de los actores acromegálicos del cine de terror clásico. Si me entero que alguno no lo ha leído, lo expulso inmediatamente de este desván... de miedo se lo van pasar con este Mondo Brutto aquellos sagaces lectores que con él se hagan... más de ciento ochenta páginas de letra apretada en triple columna por diez miserables euros de nada...

Y queda para lo último un librote de los que gusta sacar la editorial de culto Valdemar en su más que recomendable colección Gótica. Aunque no sean los zombies mis monstruos favoritos -demasiado toscos para un carácter exquisito como el mío- hay que leer La plaga de los zombis. La coordina don Jesús Palacios, un hombre tan necesario que si no existiera habría que inventarlo.

Un pozo de sabiduría insondable capaz de despacharse con ensayos sobre la literatura espiritista española, la escena de adivinos de feria y monstruos de la Europa de entreguerras, los orígenes verdaderos de La torre de los Siete Jorobados o como en el caso que nos ocupa, una historia documentada y completa de los avatares literarios de la figura del zombie, largo ensayo intercalado en esta antología de relatos ejemplares, que le hace brillar, sin duda, sobre cualquier otra al uso... Eso, señores, se llama rigor y lo demás... tonterías!!!!