2009-04-30

Mack Wan - Última entrega

MACK WAN EL INVENCIBLE - 3
Dedicado a mi nietecito Álvaro Pons, amo de la sapientísima Cárcel de Papel

Perdonarán mi flaca memoria: aquí tienen la tercera y última entrega del primero de los Superhombres Ibéricos, esta simpar Mack -Wan el Invencible. Si pinchan aquí y aquí como por ensalmo irán a las entregas anteriores, donde encontrarán el resto de imágenes con las que confeccionar una bonita carpeta para guardar en su disco duro y regocijar su espíritu de cuando en cuando posando su vista sobre tan reconfortante colección.

El trazo firme y seguro de Marc Farell nos brinda cubiertas e ilustraciones interiores de un sabor pronunciado poco apto para paladares no acostumbrados. Farell ilustró numerosas historietas de ciencia ficción extravagante en las revistas de ediciones Marco durante los años treinta: La risa infantil, Rin Tin Tin y otros títulos que sin duda todos ustedes conocen de sobras.
Como ven el trepamuros sigue haciendo de las suyas junto a su ayudante juvenil de mutilado rostro. Estética añorada, aquí está la genuina raíz de los ensueños posteriores del siglo XX. Misterio servido en lenguaje sincero y elemental, confuso y agitado como su misma época. Y metáfora también, la que viene a desmentir tanta apariencia de normalidad burguesa a base de enmascarados, locos, seres deformes y viejas maltratadas. Tosquedad y hermosura.
No se engañaba Mack Wan cuando lo sacaban del sueño: la realidad solía irrumpir así de contundente cada mañana... No puedo asegurar con certeza que el escritor de Mack Wan sea Canellas Casals, autor de obra prolífica, novelista, guionista del inmenso Emilo Freixas en Chicos, director de ediciones Marco, colaborador de editorial Grafidea, hombre de imaginación febril y prosa solemne que juega papel decisivo en las ficciones populares de la inmediata posguerra. Como les reservo una sorpresa en la que toma parte este gran catalán, allí les hablaré de tan señera figura de nuestras letras.


Vaya, se acabó Mack Wan. Rico y con su patrimonio restituído, como debe ser.
Ni se imaginan la bomba que les tengo preparada, amantes del folletín y las estéticas añejas. En breve asomará por aquí, ya viene volando por los aires la obra magna del fantástico español de los años treinta. ¡¡Todas las imágenes!! ¡Y GRATIS por cortesía de su Abuelito!!
¡¡NO SE LO PIERDAN!!

2009-04-28

Zombies of Mora Tau

ZOMBIES OF MORA TAU
Director: Edward L. Cahn. Con Gregg Palmer, Allison Hayes, Joel Ashley, Marjorie Eaton. USA, 1957

A vueltas me tienen otra vez reivindicando el cine de miedo de los años cincuenta, en esta ocasión además dispuesto a dejar en el sitio que merece al señor director del filme, don Eduardo L. Cahn, de quien ya hace tiempo disfruté de un programa doble que pueden repasar pichando aquí.

Artesano, que se dice ahora, hábil como pocos; diestro en lidiar presupuestos infames y salir harto más airoso que la mayoría de sus colegas. Amigo de argumentos extravagantes que saca adelante con la mayor dignidad, es el Gran Kahn titán de la serie B en el sentido literal de tan abusado término, de modales académicos impecables que nada tienen que ver con el cine chapuza de Ed Wood y otros -no despreciables- creadores. Y eso que no baja de siete u ocho películas por año.

Sus filmes de terror, que poco a poco irán desfilando por aquí, son herederos del cine de los treinta, bien iluminados y fotografiados; interesados en la creación de atmósfera en la corta medida que permiten sus paupérrimos medios, con un estilo visual y un pathos heredero del de los años de gloria del género.

Claro que no hay apenas maquillajes ni efectos especiales, y que los decorados son parcos a no poder más. Pero Cahn siempre se las arregla para dar a sus productos un look y un acabado de serie A que contrasta muy agradablemente con unos guiones habitualmente enloquecidos: las cabezas cortadas y recosidas de The four skulls of Jonathan Drake, la zombie mutante de La mujer vudú, el prototípico mad doctor de Creature with the atom brain o los marcianos cabezones de Invasion of the Saucer Men.

Zombies of Mora Tau es una historia de terror contada en clave de relato de aventuras, aunque también podría definirse al contrario. Tejida con mimbres clásicos y comedidos, cuenta la peripecia de un grupo de buscatesoros enfrentados a una docena de zombies blancos e incorruptos. Los muertos vivientes custodian una fortuna en diamantes que se halla en un barco hundido en el océano.


Son superfuertes e invulnerables; capaces de caminar bajo el agua, duermen en ataúdes cuando no vagan matando por la jungla o echándose mozas al hombro para llevárselas a su cripta. En vida fueron la tripulación que robó los diamantes sagrados a una tribu ignota, pagan así eternamente su sacrilegio.

Personajes arquetípicos entre los que destaca Allison Hayes, poderosa hembra zorruna que encarnase también a la Mujer Gigante; una mansión habitada por una vieja de maneras brujeriles que en realidad se reduce a un par de habitaciones; luchas submarinas... ¡rodadas sin agua!; paseos por una jungla diminuta en unas costas surafricanas sin un sólo negro... limitaciones que no impiden un desarrollo coherente de la acción, muy centrada en el acoso a un buque por parte de los zombies que emergen del fondo del mar.

Habitualmente la crítica tiende a cargarse el cine fantástico de Cahn metiéndolo en el mismo saco con el de otros realizadores tan torpes como voluntariosos, cuando precisamente sus títulos rezuman profesionalidad y clasicismo por los cuatro costados. De esta pequeña joyita he llegado a leer en la blogosfera críticas que la tildan de demencial, sosteniendo que salen zombies negros nativos en una isla... la descartan sin siquiera haberla visto. Así que desconfíen de imitaciones y hagan caso a su Abuelito, que ha perdido media vida mirando estas películas para poder contárselas sin decir mentiras!!

2009-04-24

Balaoo, el Simio Hombre

A VUELTAS CON BALAOO
Dedicado a mi nietecito Balaoo, de allende los mares

Viajando por el fabuloso Museo Icónico de la Cultura Popular, me encuentro con una edición argentina de 1934 de la obra Balaoo, de Gaston Leroux, el ilustre folletinista creador del detective Rouletabille y del inolvidable Fantasma de la Ópera.

No he leído nunca la historia de este simio convertido en hombre que cuenta Leroux. Para los políglotas, les diré que aquí está la novela entera en inglés, con las ilustraciones que traigo a colación hoy. Para los demás, que busquen otros títulos más asequibles: La esposa del Sol, La muñeca sangrienta o La máquina de asesinar los editó Austral. Y El misterio del cuarto amarillo y el fantasma se encuentran por castigo.

Quien no tenga ganas de leer, puede revisar el maravilloso filme El secreto del Doctor Renault, serie B canónica que nunca me hartaré de recomendarles. Se dice basado en la historia de este desdichado mono convertido en hombre, exiliado de sus junglas, enamorado de una joven dama sin esperanzas y esclavo de sus instintos animales.

Deleítense, en todo caso, con estas ilustraciones. Las de color son obra de Jules Donzel, y pertenecen a la primera edición de 1913. Las de blanco y negro también, pero las dibuja un tal H. Thiriet. Y quedan dos de otra edición francesa, que identificarán fácilmente... A ver si un día Valdemar se anima y nos obsequia con este Simio- Hombre...

2009-04-21

La mano de la Momia

THE MUMMY´S HAND
Director: Christy Cabanne. Con George Zucco, Peggy Moran, Cecil Kellaway, Dick Foran, Tom Tyler. USA, 1940.

No tienen muy buena prensa entre los cinéfilos de pro estas películas de La Momia de la Universal. Aferrados como están a la sacralización del primer título, no son capaces de ver estas secuelas mas que como subproductos pobremente realizados poco dignos de atención. Sabrán que son cuatro los filmes de la serie, considerando a la de Karloff como una cosa aparte, que lo es, sobre todo por las condiciones de producción.






Estamos en 1940, el público ya no busca tanto ser sorprendido por una peli de miedo como encontrar en ella los elementos que definen el nuevo género con los que se halla familiarizado. El placer de la iteración o de cómo la poesía macabra propia de la década anterior deviene género puro, con sus leyes y sus lugares comunes.

La mano de la Momia resulta en este sentido canónica. Primera de la saga, se olvida de la producción de 1932 y empieza con nuevas premisas, insertas de lleno en el universo de la serie B. Sacerdotes malignos habitan un templo como custodios de la Momia de Kharis, guardián inmortal de la tumba de la Princesa egipcia Anhanka. No importa de dóde salen ni por qué están ahí: todo es puro arquetipo.


La irrupción en el sepulcro de un grupo de arqueólogos botarates irrita sobremanera a George Zucco, un titán del terror por el que en este desván se siente especial devoción, glorioso en su papel de sacerdote Andoheb con esa hipnótica mirada torva y esa maldad afectada de exquisitos modales que acostumbra exhibir.

Él y no su siervo Kharis es el verdadero monstruo. La Momia no es mas que una pobre adicta a las hojas de Tana, dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de meterse un poquito. Por una infusión le quita a usted de en medio a quien haga falta.





Terror liviano, hecho de tópicos, que descarta la atmósfera gótica y malsana de las producciones de los años treinta. Nadie espere esa escultura de las sombras tan de la Universal: aquí la puesta en escena es sobria hasta decir basta; sólo el templo final -tomado de otra película- escapa al raquitismo general.

Y a mí, ¿cómo no iba a gustarme esta fantasía egipcia tan asumidamente menor? Esta tanto como las otras tres del lote, que otro día les hablaré de ellas. Ya verán como Kharis resucita, marcha a América, encarna en la figura del gran Lon Chaney Jr. y acaba en los pantanos de Louisiana. Hay que ver cuánto dieron de sí las cenizas inmortales del primigenio Im Ho Tep...