José Sanchis Grau
LAS MIL VIDAS DE PUMBY
Un tontísimo prejuicio ha hecho creer, desde dios sabe cuándo, que toda obra concebida para el público infantil es por naturaleza inferior a cualquier otra que se dirija a un público pretendidamente adulto. Una sandez, a poco que se pongan a pensar, pues no depende de su receptor la valía de una creación, sino de la del propio artista que la ejecuta. Así, cargados de paciencia ante tanta estupidez, vemos como cine, ilustración de cuento o dibujo de tebeos para niños (antes, que ahora ya no hay por estos lares) pasan desapercibidos o son como mucho mirados con insultante condescendencia a la hora de elaborar la historia del medio. Y sus autores enviados, con un poco de suerte, al Limbo, cuando no directamente al olvido.
LAS MIL VIDAS DE PUMBY
Un tontísimo prejuicio ha hecho creer, desde dios sabe cuándo, que toda obra concebida para el público infantil es por naturaleza inferior a cualquier otra que se dirija a un público pretendidamente adulto. Una sandez, a poco que se pongan a pensar, pues no depende de su receptor la valía de una creación, sino de la del propio artista que la ejecuta. Así, cargados de paciencia ante tanta estupidez, vemos como cine, ilustración de cuento o dibujo de tebeos para niños (antes, que ahora ya no hay por estos lares) pasan desapercibidos o son como mucho mirados con insultante condescendencia a la hora de elaborar la historia del medio. Y sus autores enviados, con un poco de suerte, al Limbo, cuando no directamente al olvido.
Pocos tebeos pueden presumir de derrochar un caudal de fantasía tan abundante como el que muestran las aventuras de Pumby en sus cientos de episodios. Los años sesenta son la era de gloria de este gato, creado por don José Sanchis Grau para el semanario homónimo en la primera mitad de la década anterior. Miles de páginas testimonio de su éxito popular, que muestran un manejo asombroso de la secuencia, del movimiento, del ritmo, un absoluto dominio de los códigos de la aventura. Se leen sus historietas con la pasión y el asombro del mejor relato fantástico, porque ante todo Sanchis es gran narrador gráfico, coherente y respetuoso siempre con sus lectores.
Habitante de cuanto universo forme parte de la cultura popular, Pumby no se priva de nada: viaja en el tiempo, navega por mares y espacios, enfrenta piratas, conoce mundos oníricos de objetos animados, nuevas dimensiones habitadas por botijos, chimeneas, esculturas o juguetes parlantes; alterna con las fuerzas elementales de la naturaleza; tiene por amigo íntimo a un mad doctor con aspecto de chivo y celebra, viñeta tras viñeta, esa fiesta inmensa de colorines que es la vida. O debiera ser, vamos.
Corresponden estas imágenes a la colección Libros Ilustrados Pumby, ediciones de lujo que reeditan, de 1968 al 75, historietas de la revista montadas como álbumes a la francesa. Están realizadas por José Sanchis, junto a otros autores: Edgar, Soriano Izquierdo, José Luis Macías, José Lanzón, Liceras... Volverá Pumby por el Desván, y don José Sanchis, que su genio lo merece de sobras. Y ustedes debieran agradecerlo, a poco que sean personas cabales...
24 comentarios:
¿De dónde ha partido ese prejuicio de "toda obra concebida para el público infantil es por naturaleza inferior a cualquier otra"? ¿De que sector, sugiero, de la intelligentsia?
Me imagino que de los mismos que nos han querido hacer considerar "infantiles" las obras de Julio Verne o Mark Twain, para luego tener que hacer "adaptaciones infantiles" de esos libros, a fin de que los niños las lean.
Sólo por "juntar juntos" HIPO y ATÓMICO tiene un voto de confianza.
Título que podría desbancar al más mejor de todos:
EL PEDO DE SIETE COLORES
Sorprendido dejado me ha.
¡Fantasía a borbotones, sí señor! Yo los leía de niño en la peluquería mientras esperaba a que me cortasen el pelo, y también a "Payasete y Fu Chinín", del insigne Palop, que supongo ocupará capítulo propio en este Desván más pronto que tarde.
Y atención a Pumby recalando en pleno Imperio Romano a bordo de un descapotable, muchos años antes de que Michael J. Fox usara similar vehículo para trotar por los meandros del tiempo.
Un abrazo.
Si bien las aventuras completas breves, de una o dos páginas no tenían más interés que el gráfico, las largas, publicadas con 8 pgnas. en dos números con la fórmula del "continuará" (sumando un total de 16 pgnas. cada aventura)tenían coherencia y desbordaban imaginacíon y fantasía.
Igual sucedía con otro personaje del tebeo español (dejemos lo de "comic" para los norteamericanos, que aún no somos oficialmente colonia), Jaimito, cuyas aventuras de 16 pgnas. conformaban una trama sólida y coherente y eran una delicia de leer.
Mi vecino Peñarroya me llevó un día a la Editorial Bruguera y enseñé mis dibujitos a Sanchís (entonces "negro" de Ibáñez entre otras tareas) fue muy amable conmigo y me dió algunos consejos.
Me encantaba Pumby, de pequeño lo leía en una publicación de papel barato con un bonito bitono granate. Blanquita, el profesor Chivete, Villa Rabitos... Borgo.
y cómo era aquella otra serie, tan fantástica como Pumby, o ese es mi recuerdo, que se publicaba en Zipi y Zape. Era una patrulla espacial o algo similar...
dios que derroche de imaginación
Yo le tengo mucho cariño a la serie de tebeos que hizo de "Mazinger Z, el robot de las estrellas" sobre la peli coreano-trash de los setenta que por razones comerciales se proyectó en España con ese nombre... (está completa en Emule)
Estimado abuelito: Prometes volver con Pumby. Esperaré para ver si nos deleitas con portadas de los primeros años. Me encantaba esa serie. Abrazos.
A ver... Por estos pagos regresará Pumby, y con aventuras d elas primeras, no sufra, señor Castillejo... De aquellas de botijos parlantes, reinos poblados por ollas con patas, mundos hechos de humos de colores... Y puede que le acompañen algunas de las criaturas de Palop, "Robinson Pérez", "Payasete y Fu Chinín" o con toda probabilidad el incorrectísimo "Robertín el niño millonario", don Pie Negro...
Las peripecias fantásticas de Jaimito, menos abundantes que las de Pumby, han de asomar por aquí algún día, ilustradas como están por el maestro de maestros sr. Karpa, otra de las grandísimas personas con bigote, don Ebenezer... Y con toda certeza, vendrá al Desván la versión que Federico Amorós y Sanchis pergeñaron en torno a Mazinger Z, creación bizarra como pocas han sido, señor Nostromo.
"Robin Robot" se llamaba el personaje de Sanchis en Zipi y Zape, anónimo nietuco...
Y por último, don Borgo, ¿no sería Blas Sanchis a quien conoció usted en Bruguera como "negro" de Ibáñez? Este autor, que publicaba abundantemente en la década de los sesenta, era una firma secundaria habitual de Din Dan, Tele Color y otras revistas de la casa.
José Sanchis, que yo sepa, nunca ejerció de sombra de Ibáñez, además de no haber residido jamás en Barcelona, apegado como está a su terreta valenciana... Por entonces los pequeños lectores distinguíamos entre Sanchis "el bueno" (el de Pumby: José) y Sanchis "el de Bruguera", cuyo estilo seguía fielmente pero sin su gracejo, el del omnipresente Ibáñez (dicho sea con todo respeto a don Blas, currante a destajo de la viñeta)...
Pues creo que así fue, Abuelito. Me confundí de "Sanchises", los años no pasan en balde. Sanchis (el de Pumby) permaneció en Valencia y creo que con la Editorial Maga que hacía fantásticos cromos ilustrados. Borgo.
Abuelito, con las credenciales que presenta a Pumby no le extrañará si le digo que el mayor gozo que ha recibido servidor a cuenta de la lectura de un tebeo, fue justamente a través de un ejemplar de la colección Libro Ilustrado Pumby. En concreto, "El País de los Juegos".
Conmigo se alió la inmensa suerte de leerlo mientras padecía una enfermedad infantil que me producía altas fiebres, por lo que las oníricas aventuras del minimo se mezclaban con mis delirios, haciéndome pasar sin trancisiones de la realidad a la fantasía. Ríase usted de los psicotrópicos.
Aún guardo el ejemplar como una de mis mayores posesiones.
Propongo el comentario anterior de don Sap como finalista para el "Comentario del Año 2011".
Ah, tebeo y fiebre, qué gran combinación. La conozco muy bien, acostumbrado como estaba a sufrir las enfermedades infantiles rodeado de papeles viejunos... Viñetas incompletas que el delirio rellenaba, transporte casi físico a otros universos, con mayor efectividad, bien lo sabe usted, don Sap, que la provocada por la ingesta de cualquier sustancia... Tal vez esa ingesta no buscó nunca otra cosa: volver al placentero viaje febril de la infancia...
Sanchís, otro gran olvidado.
Y Pumby, desde luego, un excelente personaje y un mejor tebeo que marcó nuestra infancia.
Sí, señor Duce, pues aún siendo el personaje de Sanchis el más emblemático, gigantes como Karpa, Liceras o Palop dejaron sus cientos de páginas en el semanario; una revista hecha coherentemente, sabiendo cómo y a quién dirigirse en todo momento...
Me he enamorado de Pumby.
Me quedo también con el comentario de la experiencia febril. Me imagino la escena y el interior de la mente del afectado y tuvo que ser alucinante. Un niño soñando ydelirando con el gato Pumby. Un buen guionista haría un tebeo precioso con esta idea en homenaje al maestro Sanchís.
Una magnífica entrada sobre uno de mis autores más admirados y seguidos.
Saludos gatunos :)
Magnífico artículo.
Me acaban de comunicar la triste noticia del fallecimiento de José Sanchís. Creador de Pumby, uno de los puntales de nuestra cultura popular, y un buen montón de inolvidables personajes.
Descanse en paz, maestro.
Estoy flipando de saber que alguien más que yo coleccionó de pequeño los tomos de Pumby, y cree que son geniales. Creo que yo aprendí a leer con ese gatito. Qué tiempos, joder. Tomaba vitaminas de naranja para convertirse en Superpumby. Mi historia favorita: esa que Pumby visita el país de la pintura, y pinturas figurativas luchan contra creaciones abstractas...
Sanchis es indiscutible genio, señor Anónimo, en eso no podemos estar más de acuerdo...
Hay otros tebeos como C.Trueno. Jabato. H.Bélicas etc que se pueden consultar por internet, pero en el caso de Pumby a mi me ha sido completamente imposible. Y la verdad es que para un trabajo que llevo a cabo me interesaría mucho consultar las historietas de este gato, ¿Alguien sabe donde las podría localizar?. jvgonzal@uv.es
Pues no tengo ni idea, señor Anónimo... En el Desván tiro yo de los tebeos originales... ¿Ha probado a ver si hay algo en La Mansión del CRC?
El mejor recuerdo de mi niñez es sin duda Pumby y los demás personajes de esa publicación. De hecho mi madre me enseñó a leer con los tebeos de Pumby antes de empezar en el colegio. saludos el Abuelito
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