2011-02-25

A vueltas con la Parca

No hay editor de literatura popular en cualquiera de sus formas, tebeo incluido, que no sepa que hay tres iconos capaces de hacer subir las ventas de un producto si aparecen en su cubierta. Una mujer ligera de ropa, un gorila o un esqueleto. Máxime si éste último trasciende su papel y se transforma en alegoría de la parca. Reconocerán, señores, que una buena calavera con sus cuencas vacías mirándonos es capaz de animar cualquier imagen por banal que ésta sea.

Para muestra un botón. Aquí tienen Huesudas del más diverso pelaje, con sudario, con sombreros varios, con montera taurina y hasta aficionadas a la música y la sinfonía, capaces lo mismo de marcarse una samba que de esgrimir las baquetas de un timbal. Proceden de distintas colecciones de novelas, todas aparecidas entre 1935 y 1954, con cierto regusto a conciencia de la vanidad del mundo. Quien tenga curiosidad de conocer la filiación de cada una de ellas, que lo pregunte que con mucho gusto le atenderé. Los demás, confórmense al menos con contemplar la belleza de tan sinceras imágenes.

Lo que sería de nosotros sin la muerte es cuestión de filosóficas honduras que no es momento de abordar. Los pulps, desde luego, no serían nada, pues necesitan reflejar en cada momento lo efímero y valioso de la existencia. Nada mejor para ello que el contraste, la calavera reverso y fondo de nuestro propio rostro, recordatorio final de la única verdad a nuestro alcance: dentro de cien años, todos calvos...
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2011-02-21

¡¡Un magnífico regalo para todos ustedes!!

Cinefanía es, como muchos de ustedes sabrán ya, el portal de cine fantástico más completo que existe en castellano en toda la red, lo que no es decir poca cosa.
Hace poco tiempo que a iniciativa de su Web Master el bonaerense don Darío Lavia -un hombre de erudición pasmosa que conoce al dedillo todos los secretos del celuloide- Cinefanía edita anualmente un Libro de Oro repleto de artículos sobre cine, precisamente sobre ese cine ignoto, olvidado, de sumo interés, que tanto nos gusta a los que frecuentamos este Desván.

Pues bien, la hora ha llegado. Pinchen AQUÍ para descargarse completamente gratis el colosal Anuario Cinefanía 2010-2011. Dedicado nada menos que al mundo del Thriller (el suspenso, como dicen los amigos argentinos), y con un sumario, señores, de quitar el hipo.

Vayan relamiéndose:

- Un dossier confeccionado por quien les habla sobre las seis películas, seis, que San Lon Chaney Jr. rodase en los años cuarenta bajo el epígrafe "Inner Sanctum", un viaje al horror macabro de la mano de su Abuelito!!!!!
- Un recorrido exhaustivo por los filmes de Fu Manchú... no el doctor amarillo, no... ¡¡¡sino David T. Bamberg, el mago detective del mismo nombre, habitual del cine mexicano!!!
- Un increíble informe acerca de los thrillers del Cine Silente que vale su peso en oro!!
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- Reseñas magnas, que van desde Las tristezas de Satán de David W. Griffith a Nadie oyó gritar, de don Eloy de la Iglesia, pasando por los seriales protagonizados por Batman y mil y un títulos más que ríase usted de cualquier otra antología del cine criminal presente, pasada o futura!!
-Especiales Filosóficos, Especiales Catódicos y Sesiones Continuas...¡¡¡Una avalancha de información y conocimiento que no pueden perder bajo ningún concepto!!! ¡¡La mejor publicación cinematográfica en español del año!!! ¡¡¡COMPLETAMENTE GRATIS POR DEFERENCIA DE SU ABUELITO!!! ¡¡Corran YA a por ella!!!

Y si el año pasado no lo hicieron, recuerden que en su día ya les avisé AQUÍ, vayan ahora los rezagados a por el ejemplar pasado... Háganse un favor, nietucos, y descárguense el fabuloso pdf que les recomiendo... ¡¡No sean ignorantes y háganme caso que si no me da el ataque, demonios colorados!!!!

2011-02-16

Demonología Peruchiana

DICCIONARIO INFERNAL
Dedicado a los señores Alberto López Aroca, espíritu conjurado, y Lluis Bosch, demonólogo máximo
Continuando con la caprichosa muestra peruchiana iniciada hace unos días en torno a La sonrisa de Eros, y para dar más faena al señor Lluis Bosch, que tiene el loable empeño de recopilar AQUÍ cuanta información acerca del Maestro Juan Perucho se encuentre en la red, viene hoy al Desván otra de las ediciones monumentales que el escritor llevara a cabo en las postrimerías de los sesenta en su exquisita editorial Táber: el Diccionario Infernal de Collin de Plancy.
Un señor grimorio de cerca de ochocientas páginas en tamaño infolio, encuadernado en tela negra con letras doradas como corresponde a su calidad infernal y de casi tres kilos de peso.
Allí se desgrana minuciosamente cuanta sabiduría haya desarrollado Occidente en torno a Lucifer y sus secuaces: nombre, rango y cargo de cada uno de los habitantes del Averno, métodos de brujos, adivinos y nigromantes, mil y una historias en torno a las muchas faenas que el diablo ha ejercido en Europa, nómina de hechiceros célebres, en fin, la caraba.
Parte don Juan de la edición española de 1842, traducción de la original francesa que el mismo Lucifer dictase por las noches a Collin de Plancy mientras vapores mefíticos guardaban el sueño de su mujer, según pueden ver más abajo en el grabado. Casi cien años vivió el señor De Plancy; murió católico en 1881, quiero pensar que no demasiado arrepentido de su pasada familiaridad con los espíritus demoníacos. Incluye el libro un Album Infernal, en el que mis favoritas son las cuatro imágenes que siguen: el facsímil de los pactos firmados por el Demonio con Urbano Grandier, aquel capellán lúbrico y desgraciado que fuese quemado en Loudun por mor de la histeria sexual de la Madre Juana de los Ángeles y otras infelices posesas. Don Aldous Huxley lo relató en un libro canónico hoy en desuso, Los demonios de Loudun; en cine el desaforado Ken Russell, el severo Jerzy Kawalerowicz y hasta más veladamente San Benjamin Christensen en su Haxan hablaron largo y tendido del tema.

La caligrafía jeroglífica que compone el lenguaje infernal y la firma y rúbrica de cada una de sus satánicas majestades son documentos que nunca dejan indiferente. Huella y testimonio material, como demuestra la historia del acoso y tormento de Grandier, del poder del Maligno, Príncipe de Este Mundo.
El arte de la adivinación por las arrugas de la frente, la fabricación de talismanes o la materia brujesca son otros asuntos de interés para el compilador de este pequeño Album.

En fin, esperando no ser perseguido como Grandier por modernos inquisidores gubernativos, reproduzco para su solaz e instrucción y a modo de modesto homenaje al Maestro, su breve prólogo tal como aparece en la edición de 1968 de este librote irrepetible y sabio. Una verdadera joya de erudición luciferina, como no podía ser menos...

2011-02-14

La belleza del diablo

LA BEAUTÉ DU DIABLE
Director: René Clair. Con Michel Simon, Gerard Philipe, Nicole Besnard, Simone Valere. Francia, 1950
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Saben ustedes de mi preferencia por el cine como artificio; no ha de extrañarles pues que reivindique, frente a los modernismos de los jóvenes de la Nueva Ola gala -Godard, Resnais y otros iconoclastas-, el cine francés que éstos mismos dicen detestar: aquel relamido, detallista hasta la exasperación, de amplio presupuesto, apegado a criterios de clásica belleza, de poesía un pelín cursi y cuyos referentes se encuentran en la gran tradición de la cultura europea. Dicen que es cosa retrógrada: puede ser, mas a mí se me da una higa, se pongan como se pongan Cahiers du cinema y sus adláteres.
Claro que la obra maestra que hoy llega a este desván la dirigió René Clair, uno de los pocos ancianos a quien estos jovenzuelos no condenan del todo, y eso que La beauté du Diable reúne todos los ingredientes antes enumerados en dosis suficientes como para sacar de quicio a cualquier perseguidor de actitudes pequeño burguesas hoy denostadas. Abordó el señor Clair esta exquisita revisión del mito de Fausto al regresar de Norteamérica, donde había dado perlas tan finas como El fantasma va al Oeste (1935), Me casé con una bruja (1942) o Diez negritos (1945).

Mima Clair cada plano como si fuese un cuadro. Composición irreprochable en la que nada está fuera de sitio, equilibrio absoluto, voluntad esteticista de principio a fin. Fausto y Mefistófeles intercambian sus cuerpos -viejo y rico uno, joven y pobre el otro-, de modo que la historia cuenta en todo momento con el protagonismo de ambos, original vuelta de tuerca a una trama ya conocida.

Juntos llegarán a fabricar oro, a avanzar en toda ciencia, a hacerse con el mundo, a destruirlo. Gerard Philippe será el rejuvenecido alquimista; el gran Michel Simon compone un Mefistófeles histriónico y magistral. Demonio familiar borrachón, cínico, alegre y descreído: humano, en suma, más que ningún otro de los personajes.

La belleza de cada fotograma queda siempre supetitada a la narración, resultando festín estético de primer orden: Clair concibe el cine como un arte plástico sujeto a las mismas reglas canónicas que la pintura. Europea hasta la médula de sus huesos, su ritmo pausado, literario, le aleja del dinamismo funcional tan característico de la narrativa americana, sin caer tampoco en estatismos estériles. De principio a fin se beneficia de un aire de fábula de aquellas que tanto gustaba rescatar a los escritores románticos; sus formas únicas hacen que uno perdone de inmediato la moraleja un poco de perogrullo. Filme absolutamente singular, muestra perfecta de un fantástico cultista y poético hoy desdichadamente olvidado; rara avis, por tanto, de las que tanto entusiasmo despiertan en esta casa...

2011-02-11

Dieciséis visiones Dantescas

De que las aventuras de El Inspector Dan publicadas en Pulgarcito en las postrimerías de los años cuarenta son una de las mejores historietas de miedo jamás hechas en España, apenas cabe duda entre las gentes cabales y con conocimiento. Vayan si no a ESTE magno blog dedicado a su figura y podrán comprobarlo detenidamente ustedes mismos.
Su grafismo, evocador como pocos de los mundos en sombras de la sacra Universal cinematográfica, corrió a cargo de don Eugenio Giner, minucioso dibujante lleno de gracia y personalidad, que ilustraba los guiones proporcionados por Rafael González y su sobrino Francisco, más conocido como Silver Kane. A él le cedo la palabra para que hable respecto al señor Giner, un verdadero talento según pueden ver en esta selección de viñetas de una de sus historietas, "La muerte, estrella de cine".

"El sitio donde solía trabajar en Bruguera -dice González Ledesma- era una habitación de tres por tres metros, donde aporreábamos la máquina de escribir cinco personas, donde no había había ventilación directa y donde no nos faltaba ni una espectacular polución atmosférica. Yo era entonces un estudiante en muy mala situación económica y las historias de Dan las realicé con verdadera ilusión."
"Eugenio Giner, vecino entonces de Badalona, artista insigne y gandul no menos insigne, trabajaba poco, pero lo compensaba haciéndolo muy bien. Cada cuadro, cada enfoque constituía para él problemas que le hundían en profundos laberintos mentales, los cuales le costaban no coger a veces el lápiz en dos días, con gran desesperación de guionista y editor".
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Menos mal que así actuó Giner: su celo proporcionó viñetas imperecederas, como estas mismas que hoy asoman por la puerta de este Desván...