2012-10-17

The return of Dracula

THE RETURN OF DRACULA
Director: Paul Landres. Con Francis Lederer, Norma Eberhardt, Virginia Vincent, John Wengraf. USA, 1958
 
A estas alturas el ver a Drácula por tierras americanas ya no extraña a nadie, desde aquel primer viaje del Conde Lon Chaney Jr. a las señoriales mansiones de Florida de la mano de San Siodmak en Son of Dracula. Encallecidos como estamos con el chupasangres después de tantos Bláculas, Dráculas 73, Jovencitos Drácula, efébicos no muertos, condes Yorga, sucedáneos charros, italianos sedientos, pakistaníes bailarines, guaperas con colmillos y demás alejamientos kilométricos del personaje de Stoker, lo que realmente sorprende es encontrarse con un filme del género que como en sus raíces se consagre por entero a una misión: dar miedo.

Traslada The return of Dracula al Conde desde las podridas tinieblas de la vieja Europa -el mal, lo antiguo- a la Norteamérica del sueño suburbial, lugar inocente como Nuevo Mundo que es. Siguiendo el esquema que enseñase don Alfredo en La sombra de una duda, el vampiro escapa de sus perseguidores checoslovacos hacia Estados Unidos suplantando la personalidad de un artista huído del Telón de Acero, infiltrándose en el seno de una arquetípica familia respetable y optimista. Allí se dedica en seguida a lo acostumbrado, mordiendo jovencitas y practicando un juego de equívocos sombríos.
 
No es el argumento muy original, ya lo ven, mas sí y mucho sus formas. No hay en The return of Dracula un átomo de humor. De cabo a rabo es sin respiro puro terror del que apela a lo más profundo, el sexo y la religión, no con alharacas grotescas sino hurgando en las esencias, como solo el añorado Stoker supo hacer. El vampiro es el Mal con mayúsculas que infecta y contamina un organismo sano y feliz; la parábola deviene social y hasta metafísica, y el No Muerto muta en arquetipo satánico miltoniano, enemigo de cuerpos y almas, todo grandeza y ambigüedad.
 
Desde el primer al último fotograma lo ominoso pesa como una losa oprimiendo el ánimo. Se encargan de ello una dirección milimétrica, atenta al encuadre, dramática, encaminada fatalmente hacia el morbo y la oscuridad; una fotografía de quitar el hipo capaz de convertir en gótico lo cotidiano; y un guión que, prodigiosa metamorfosis, cambia un argumento conocido en nuevo sin incurrir un solo instante en la parodia.
 
Y menudo Drácula compone Francis Lederer, nada menos que el amante de Lulú Brooks en la sagrada La caja de Pandora. Educado, viril, imponente No Muerto de ojos acuosos, cadavérico y seductor, atracción del mal canalizada por una pulsión sexual de destrucción que casi se palpa. Una de las incursiones del Conde más convincentes de la pantalla que devuelve al personaje a los orígenes y logra que por una vez olvidemos su cualidad de icono Pop, narrada con tal convicción y firmeza que consigue  hacernos ver un filme de vampiros como si fuese la primera vez. Milagros de la serie B.
 

12 comentarios:

Lluís Bosch dijo...

¡Qué placer es leer sus artículos! Pocas veces mi ignorancia me resulta más placentera, porqué me descubre usted universos enormes.

Saturnino José dijo...

"Convertir en gótico lo cotidiano" Prodigio al alcance de pocos artistas. Se equivocan los que van a cementerios a ambientarse, lo que hay que hacer es encontrar el ambiente en los pequeños detalles que nos rodean.

El Abuelito dijo...

Aprender -yo procuro hacerlo todos los días, lo que no es difícil, dada mi escasez de conocimientos- es lo más bonito que hay en la vida, don Lluis... después, tal vez, de algunas otras efusiones necesarias...

El Abuelito dijo...

Así es, don Saturnino: la mirada lo hace todo, saber transmitirla está al alcance de solo unos pocos... entre ellos este director casi desconocido, Paul Landres, responsable de añejas series televisivas como "El hombre del rifle" y tocado por la gracia en esta ocasión.

miquel zueras dijo...

Maravilloso cartel. Yo vi esa película en la TV inglesa y el acento centroeuropeo de Lederer era muy eficaz. Me hubiera gustado verle en más papeles de ese tipo. Dicen que el argumento es una versión vampírica de "La sombra de una duda" de Hitchcock. En la versión inglesa el final tenía unas escenas en color, no sé si se vería así en otras copias. Saludos. Borgo.

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

Un Drácula escondido pero muy entonado. A recuperar.

El Abuelito dijo...

En mi DVD, comprado en USA, no hay escenas en color, señor Borgo, es todo cien por cien tiniebla y negrura...

El Abuelito dijo...

Un Drácula escondido, sí, y hasta pobretón en medios, pero rico, riquísimo en inventiva... no sé si estará disponible en algún lugar de la red, don Fernando.

Alfonso Montaño dijo...

Ha muerto Antonio Ventura Traveset, que atesoraba una gran colección de tebeos de los que a usted le gustan, Abuelito, de los de antes de la Guerra Civil Española. http://navarrobadia.blogspot.com.es/2012/10/adios-un-autentico-senor-antonio.html

El Abuelito dijo...

No tuve el gusto, don Alfonso, de conocer al finado Ventura, aunque bien me hubiese gustado por compartir con él afición a los papeles prebélicos, tan difíciles de ver hoy día... Y encima era notario, según leo, una de las pocas personas divertidas de su oficio que en el mundo han sido, seguramente...ay, ya me lo decía mi abuela: que estudiase para notario o registrador... no le hice caso y así me va, que de otro modo hubiera llegado a presidente del gobierno, o a coleccionista máximo de los que no se ven sujetos a impedimentos materiales, en vez de quedarme en despistado anacoreta...

angeluco10 dijo...

"No hay en The return of Dracula un átomo de humor. De cabo a rabo es sin respiro puro terror del que apela a lo más profundo, el sexo y la religión".
El mundo mágico del cine en palabras.
¡Qué gran placer leerlo abuelito!

El Abuelito dijo...

No se la pierda si tiene ocasión, Angeluco, que esta es de las que nos gusta a personas como usted y ciomo yo!