2009-04-01

The son of Tarzan

THE SON OF TARZAN
Director: Harry Revier. Con Kamuela C. Searle, P. Dempsey Tabler, Manilla Martan. USA, 1920

No puedo remediarlo: como buen urbanita del siglo XX que soy me fascina la criatura elemental que Burroughs acuñase en sus novelas, arquetipo del todopoderoso hombre blanco en libertad, racista y violento y bla, bla, bla, bla que añaden los críticos materialistas históricos que a mí particularmente se me dan una higa. En otras palabras, que en esta casa se quiere mucho a Tarzán. Casi tanto como a las películas de miedo, que ya es decir.

Claro que el pobre más maltratado no puede estar por el celuloide. Y es que las películas clásicas, las que ustedes conocen con Johnny Weissmuller, no están mal y mantienen indudable encanto, pero convierten al Señor de la Jungla en un burgués bien acomodado en su choza arborícola. Y pelín retrasado, que no es capaz de aprender a hablar bien en más de doce títulos, tiempo de sobras para cualquiera.

No tienen épica ni conciben la aventura como gran espectáculo, como sí hacen los desafueros literarios del señor Burroughs. Traicionan el alma del personaje y construyen otro que más se parece a uno de tantos imitadores del modelo original. La excepción, como ya señalé aquí, son las producciones del período silente.

Como este magnífico serial recién rescatado, fiel letra por letra a la novela, filmado sólo un par de años después de que ésta apareciese. Una fórmula que garantiza casi del todo un buen resultado, que bien sabía Burroughs lo que el espectador viene buscando: exotismo, emoción, mentiras y escapismo de primer orden.

Que aquí se encuentra a raudales. Sabrán que este Hijo... es casi un remake de la primera historia del personaje; la protagoniza Korak, vástago de Tarzán que llevado por su instinto selvático abandona la mansión de los Greystoke (aquí nombrados Greystone, vaya usted a saber por qué) en Londres para largarse a las junglas africanas a educarse en taparrabos de la mano del encantador Akut, hombre vestido de gorila de los que tanta empatía me provocan. Pronto se hará con una moza, Meriem, niña blanca secuestrada por un vengativo jeque árabe, y con ella formará pareja arbórea en gozoso libertinaje.


Una plasmación de la acción sobresaliente, con piruetas, elefantes y leones como debe ser; un sentido del ritmo equilibrado, gracias al que todo sucede coherentemen-te a pesar de lo absurdo de sus planteamientos; unas interpretaciones sin tacha, tanto la de los personajes infantiles que protagonizan los primeros episodios como las del musculado Korak adulto; una trama disparatada que asumimos como creíble, en la que no falta el imprescindible melodrama; una cámara inquieta que ensaya movimientos insólitos para año tan temprano como 1920; una fotografía espléndida que retrata la selva a la perfección y que está pidiendo a gritos una restauración como dios manda... escenarios naturales, tribus de negros hostiles, árabes recalcitrantes, malvados a barullo. Raptos y persecuciones como en todo serial que se precie, que velocidad e inmediatez son las leyes del género.

Quince episodios, en fin, sin desperdicio, festín de auténtico cine pulp para paladares capaces de saborear platos de sabores intensos y genuinos como este.

11 comentarios:

Exhumador dijo...

Hola manolin, i love your blog, me parti el ojete con las viñetas del TBO.
Alguna vez nos hemos tomado unas cañas juntos, tenemos un amigo comun, ese infraser que se hace apellidar Maronda, un saludo, desde el blog del mal.
http://videosdelmal.blogspot.com

Aupa 2.000 maniacos, ostia!

El Abuelito dijo...

Encantado de su mensaje, señor Exhumador... PERO YO NO SOY MANOLÍN. Como bien podría jurarle y acreditarlo así el señor Valencia, e incluso el mismísimo Pablo Maronda, a quien tuve el gusto de conocer tiempo ha.
Manolín es dilecto amigo y hasta jefe de fila de uno de los fanzines en los que milito, pero de ahí a ser el mismísimo Abuelito, media un abismo!!

Exhumador dijo...

Perdon por la confusión, pense que Pipo, Manolín y el Abuelito eran la misma persona.

Vincenzo Insano dijo...

Confusiones en la vida
A raudales las habrá
¿es Manolín el Abuelito?
Chi lo sa?
Manolín es hombre flaco
De LopezVazquez mirada
Y el abuelito es gordito
Y de mirada extraviada
Manolín es abuelito?
El tiempo nos lo dirá
Pues su maniaca tendencia
A lo peor le da un mal
Y se coge unas ladillas
Tremebundas de verdá
Es el Abuelito el Abuelito?
Lo veremos cuando ya
Desde la tumba confiese
Quién era en realidá
En apariciones múltiples
Por toda la vecindá.

Vivaldo Moore dijo...

Volviendo al tema del post: casi de acuerdo con el maltrato que hicieron en Hollywood de la figura de Tarzán, pero "Greystoke" (1984), de H. Hudson, era bastante respetuosa. Como sería que hasta Christophe Lambert casi se toleraba. ¿Qué opina usted?

El Abuelito dijo...

Mmmm... habla usted, señor Moore, de un filme de ¿1984? ¡Pero si ese año aún no ha llegado, hombre! ¿Acaso no estamos, como todo el mundo sabe, en el primer año del ocaso, 1966? ¡Qué fenómenos tan extraños!

El Abuelito dijo...

Señor Insano, su poesía cada vez se despega más de lo terreno para alcanzar cotas reservadas a los dioses... pero eso de unas ladillas... hombre, no me sea usted tan malo!!

Vincenzo Insano dijo...

...es la Ladilla insecto a reivindicar, Abuelito, mide entre 1 y 3 mm, como los márgenes a sangre de las imprentas. Generalmente habita en los pubis y avanza 1 cm cada día. Proviene del piojo endémico del Gorila, asi que es un Tarzánido, como en su magnífico post

MANOLÍN dijo...

ja, ja,ja...

gloriosa confusión
la de Exhumador...

¡y del abuelito fabulosa aclaración!

... pero lo mejor, voto a bríos, el poemo cariñosón de Vincenzo Insanso que sólo una vez lo vi y ya le quiero un montón.

Y ahora yo me pregunto...
¿Estaba el Exhumador mamao?...
¿Tal vez fumao?...
¿Vincenzo inspirao?...
¿El abuelito adelagazao?...

¡¡¡Cuántas cuitas tan absurdas teniendo a este Tarzán chiquilicuatre de protagonista!!!

Rey dijo...

Saludos Abuelito,

Esta semana descubrí tu peazo de blog, y puedo decir que por fín encuentro un blog que no me importa leer....y eso que no me leo ni el mio, aparte de que está en parón.

Respecto a post anteriores ("previuslí"), Las Judías Hervidas es un chiste cojonudo y cruel (cruelmente me partí el culo).

Tarzán nunca me gustó, supongo que la visión yanki de un niño salvaje criado por "mandriles" con cremallera, nunca despertó en mi interés.

Abuelito, pasaré por este desván a diario para traerle un caldito caliente.

Cuídese.

Anónimo dijo...

Otra joyita que nos deja de nuevo,no haga caso abuelo,que esta gente trata de confundirle....¿1984?,jajajaj sandeces,con lo bien que se está en los 60,y el buen cine que hacen ahora.
Un saludo abuelo de su nietuco Alberto.