2010-11-26

Yog, the Space Amoeba


GEZORA, GANIME, KAMEBA:KESSEN! NANKAI DO DAIKAIJU
Director: Inoshiro Honda. Con Akira Kubo, Atsuko Takahashi, Yukiko Kobayashi, Kenji Sahara. Japón, 1970.

Pocas cosas hay en el mundo capaces de fijar hipnóticamente mi atención de manera tan firme como un monstruo gigante japonés, grotesco y bautizado, que la cosa del nombre tiene su importancia, entregado a una de sus habituales orgías de destrucción. Que son catárticos, dicen los expertos. Y muy, muy bellos, añado en mi cándida ignorancia. Y eso que el kaiju es género moderno, en colores casi siempre, y muy identificado con la estética gloriosa del pop sesentero. Pero qué quieren, detrás de nombres como Godzilla, Guilala, Ebirah o Dogora cree uno adivinar una secreta y fascinante fuente de subterránea poesía. Y lo mejor es que en más de una ocasión, las películas así lo confirman...

Es el caso de este título de hoy, realizado cuando el género ya se desliza hacia la autoparodia y la infantilización más absoluta, y ojo que infantil ha sido siempre, pero no tan tontorrón y abyecto como en los setenta torna. No en vano dirige Inoshiro Honda, el creador primigenio de la estirpe de todos los Godzillas, esta especie de canto de cisne hoy olvidado.
Una suerte de masa de lentejuelas espaciales se introducen en una cápsula sideral exploratoria haciéndola retornar a la Tierra, cerca de una paradisíaca isla tropical. Por su influjo, aparece al poco una gigantesca sepia anfibia -uno de los bichos más bizarros del ya de por sí bizarrísimo bestiario pop nipón- aficionada a merendarse a la gente y hacer tropelías. Es gratificante espectáculo para los sentidos verla evolucionar por la selva, destrozando cabañas y poblados, antes de que la consabida expedición científica se encargue de atajarla.

Clasicismo y ortodoxia -conceptos que cuando se filma Yog aún caben en tan singular cine- presiden la canónica realización. Honda quiere contar una tragedia, un cuento de terror, no de risa como muchos de ustedes entenderían a la vista de las aberrantes criaturas que pueblan el metraje. Harina de otro costal es saber si tales pretensiones son posibles ante un público encallecido por el consumo previo de toda clase de monstruos y para quien estos filmes constituyen ya lenguaje propio sujeto a pautas y reglas.
Como es habitual en Honda, la gradación dramática es impecable, encaminada a proporcionar espectaculares apariciones de las criaturas -ese megacangrejoide surgiendo de las aguas-, con secuencias impecablemente resueltas. La ameba espacial -no otra cosa es la masa de lentejuelas- posee sucesivamente a un calamar, una especie de centolla, un hombre y una tortuga de armado caparazón. Y es que de nada carece este más que recomendable entretenimiento, último kaiju clásico, gloria superpop que incurre en todas las virtudes comunes del género, invasores alienígenas, explosión volcánica y combate entre bicharracos gigantes incluidos...

7 comentarios:

angelpito injurioso dijo...

Este bicharraco me recuerda al Ctulhu ese del H.P.Lovecraft o mas recientemente, al pulpol del jurgol.

Balaoo dijo...

Parece que la peli Monsters se inspiró un poco en este capo japonés, ¿no, abuelito?

El Abuelito dijo...

Sí, y también la curiosa bizarrez "Calamari wrestler", donde un calamar semejante a este es luchador profesional de catch...

miquel zueras dijo...

¿Es el calamar de "Infierno en las profundidades" y "2o.ooo leguas de viaje submarino" que en el declive de su carrera se fue a Japón? Borgo.

El Abuelito dijo...

...tal vez... jubilado andaba tras su carrera cinematográfica cuando entre Honda y la maldita cápsula espacial le enredaron de nuevo a trabajar... ya se ve el disgusto con que lo acogió...

DanielB dijo...

Esta no le he visto, así como muchas tantas del género este de mostroñecos japoneses gigantes, a ver si me pongo al día, por que las pocas que visione, mayormente Godzilla, y alguna de Gamera, una extraña fascinación y perturbación me produjeron

angeluco10 dijo...

¡¡¡Ay!!!.
¡¡Cine de mi infancia,qué recuerdos!!.