FROM BEYOND THE GRAVEDirector: Kevin Connor. Con Peter Cushing, Donald Pleasance, Diana Dors, Angela Pleasance. Gran Bretaña, 1973
No, si ya lo digo yo y no me cansaré de repetirlo: lo viejuno es lo mejor. Miren s
i no si estos ingleses de la Amicus no lo han comprendido por fin: fuera con el look setentero que adorna otras de sus películas, fuera cuentos rebuscados y previsibles, nada de gores ni de chiquilladas. En este From beyond the grave sólo se permite el clasicismo más estricto: ghosts stories de regusto victoriano, bien que ambientadas en los tiempos de ahora, con fantasmas, brujas y demonios. Precisamente por eso hay que proclamarla como la mejor de las de episodios de la casa, por encima de Refugio macabro y Tales from the crypt.
i no si estos ingleses de la Amicus no lo han comprendido por fin: fuera con el look setentero que adorna otras de sus películas, fuera cuentos rebuscados y previsibles, nada de gores ni de chiquilladas. En este From beyond the grave sólo se permite el clasicismo más estricto: ghosts stories de regusto victoriano, bien que ambientadas en los tiempos de ahora, con fantasmas, brujas y demonios. Precisamente por eso hay que proclamarla como la mejor de las de episodios de la casa, por encima de Refugio macabro y Tales from the crypt. Don Pedro Cushing ejerce como encantador anfitrión de ultratumba, tendero en el almacén de antigüedades Temptation Limited, vendiendo a sus clientes ora espejos encantados por espectros hambrientos, ora puertas que dan a habitaciones inexistentes, pretexto cada objeto para la antología. Además, el segundo de los episodios, con Donald Pleasance y su hija (sí, es su hija de verdad) actuando en un entorno cotidiano y deprimente como los brujos más grimosos que ha dado la pantalla, da mal rollo de verdad. Menudos dos.
Y qué puesta en escena, comedida, sin cutreces formales, sin una sola escena sangrienta (bueno, alguna hay, pero haré como si no), sin iluminación plana, sin cosita sexual, que parece mentira que sea de los años setenta estos de ahora, tan dados a la desmesura y al exceso. ¡Estos ingleses sí que saben de qué va el tema, diantres!
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