THE NEANDERTHAL MAN
Director: Ewald A. Dupont. Con Robert Sharpe, Joyce Terry, Beverly Garland, Richard Crane.
Ay, qué mal me sabe tener que dar la razón a los seres incrédulos, los que afirman que lo mejor de las monster movies de los cincuenta son los carteles! No, para quien ha comprendido la verdad del cine no puede ser así, aunque a veces... ay, menudo neanderthal éste, que ni a medio mico llega.
Ya saben: sabio aislado, experimenta que experimenta, encuentra un suero capaz de devolver a quien lo tome el aspecto de sus remotos antepasados. El caso es que después de que su gato se lo tome y se convierta en un tigre dientes de sable, nuestro hombre piensa que ha alcanzado el éxito (no sé cuál, en todo caso de dudoso interés práctico), y convoca a sus colegas para presentar su descubrimiento, acogido, como pueden suponer, con chuflas y escepticismo. Desengañado, el sabio se inocula él mismo la droga con las esperadas consecuencias: nada más transformarse y ponerse la máscara de simio, le entran unas ganas de asesinar que para qué. Y no a los culpables de su desgracia, sino a cualquiera que se ponga por delante. Así un par de veces, sin que se entienda muy bien la causa, hasta que lo encuentran unos cazadores y lo matan a tiros.
Todo contado como muy a desgana, sin ritmo, ni progresión dramática, ni creación de atmósferas, ni cuidados técnicos, ni humor siquiera, ni chispa ni nada. Qué desastre, nietecillos. Yo ya les he avisado.
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