Director: Unas fuentes dicen Paul Wegener y otras Stellan Rye. Con Paul Wegener, Lyda Salmonova, John Gottowt, Lothar Körner. Alemania, 1912.
Este hombretón grandote y siempre serio, Paul Wegener, anda implicado en un montón de títulos que tienen que ver con el fantástico, bien que se le va la vena por la cosa europea, teutón que es él, y por la estética de la leyenda y el cuento de hadas. Buenas elecciones, al cabo, que en su caso han dado frutos de lo más sabroso como las dos partes de El Golem (1915-1920), El hombre que vendió su sombra (1920) o la aventura Los budas vivientes (1923), con sus yoguis malvados y sus luchas en el plano astral.
Este hombretón grandote y siempre serio, Paul Wegener, anda implicado en un montón de títulos que tienen que ver con el fantástico, bien que se le va la vena por la cosa europea, teutón que es él, y por la estética de la leyenda y el cuento de hadas. Buenas elecciones, al cabo, que en su caso han dado frutos de lo más sabroso como las dos partes de El Golem (1915-1920), El hombre que vendió su sombra (1920) o la aventura Los budas vivientes (1923), con sus yoguis malvados y sus luchas en el plano astral.
Con fuerte aroma de antigualla, este Estudiante de Praga cuenta la historia de Balduino, universitario pobre que antes que a los libros prefiere arrimarse a las espadas, las mozas y las cervezas. Desesperado por no poder vivir como un pachá, el diablo se le aparece en forma de viejales saltarín y patizambo y le engatusa para que a cambio de una fortuna le deje llevarse consigo su reflejo en el espejo. Parece un chollo, la verdad, y más de uno entre ustedes estará pensando en hacer lo mismo. No es aconsejable, que desde que dijo sí, Balduino anda aterrado: continuamente se le aparece su doble, incluso cuando va de paseo con la novia, haciéndole la vida imposible y causando el natural espanto en cuantos le rodean. Y encima no se refleja en el espejo. Mal ha de acabar este chico y pronto lo habremos de ver nosotros.
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Ecos teatrales resuenan fuertes y claros, demasiado, que con sus formas envaradas la película se aleja de lo propiamente cinematográfico. Menos mal que es para caer en las aguas del cuento, miríficas y salvadoras, capaces aún de insuflar algo de magia entre tanta gesticulación, tanta parsimonia, tanta cámara fija y tanto atracón de fotograma sepia.
Ecos teatrales resuenan fuertes y claros, demasiado, que con sus formas envaradas la película se aleja de lo propiamente cinematográfico. Menos mal que es para caer en las aguas del cuento, miríficas y salvadoras, capaces aún de insuflar algo de magia entre tanta gesticulación, tanta parsimonia, tanta cámara fija y tanto atracón de fotograma sepia.
5 comentarios:
Qué peliculas tan curiosas desempolva usted.
Un saludo.
Por cierto, le he añadido a enlaces del blog invasores espaciales, como vecino suyo.
Saludos!
MEIN GOTT!!... ¡La tercera edad por fín demuestra interés por los filmes de su época!... hace usted bien, mein liebe abuelito, en degustar esos nitratos pertenecientes a su época de juventud ordinaria, dejando de lado momentáneamente esas publicaciones tan ordinarias que usted gusta tanto y que lógicamente nunca podrían formar parte de la elegante y germánica biblioteca de éste aristócrata teutón.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
Un honor, señor conde, su visita, que el Abuelito es del Ancien Regime como usted, y siempre guarda el respeto debido a la nobleza de sangre!!
Sí, es teatral, incluso diría prefílmica, si es que entendemos lo fílmico como esa cosa que griffith y la rusada se fueron asacando.
Estupendo post, digo , cuelgue, señor abuelito.
Abajo la aristocracia, y eso va por el silente galizién ese.
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