VALLEY OF THE ZOMBIES
Director: Philip Ford. Con Ian Keith, Robert Livingston, Adrian Booth, Thomas Jackson. USA, 1946
Mucho mejor fotografiada y cuidada de lo que es normal en estos productos, con una atmósfera tétrica conseguida por el uso pictórico de las sombras y un argumento original que no llega a decaer, la narración se ve lastrada por una pareja protagonista algo bobalicona que atrae la atención de la mitad del metraje lo menos.
Director: Philip Ford. Con Ian Keith, Robert Livingston, Adrian Booth, Thomas Jackson. USA, 1946
Qué curioso el lío que se hacen con las tipologías en esta modesta producción de la Republic, el estudio más "rico" dentro de los Poverty Row de Hollywood, los fabricantes en serie de películas hechas sin dinero y sin tiempo: Monogram, PRC Productions...
El indiscutible protagonista es teóricamente un zombie, aunque viste de vampiro, capa negra incluida, hipnotiza a sus víctimas como si lo fuera, se ve poseído de insaciable sed de sangre (asépticamente trasfundida, eso sí, que no obtenida mediante sucio mordisco), pero es susceptible de perecer de un disparo en la cabeza como un muerto viviente cualquiera.
El indiscutible protagonista es teóricamente un zombie, aunque viste de vampiro, capa negra incluida, hipnotiza a sus víctimas como si lo fuera, se ve poseído de insaciable sed de sangre (asépticamente trasfundida, eso sí, que no obtenida mediante sucio mordisco), pero es susceptible de perecer de un disparo en la cabeza como un muerto viviente cualquiera.
De su visita al Valle de los Zombies (que nunca vemos), en la tierra del vudú y las pociones malignas, ha obtenido tras su fallecimiento (?) el criminal Ormand Murks su inmortalidad. Categoría de no muerto que precisa periódicas transfusiones de su mismo grupo sanguíneo para poder continuar su existencia entre dos mundos, y que le llevará a aprovechar por la fuerza la del médico que lo mandó al otro barrio, la de su hermano y la de cuantos sea preciso.
Ian Keith, actor candidato para interpretar el Drácula que finalmente hiciese Bela Lugosi, devora la pantalla en esta ocasión con una composición siniestra y algo acartonada, como nos gusta a los fans, monstruo solemne y cotidiano cuyas características se entretiene él mismo en enumerar en magnos recitados.
Mucho mejor fotografiada y cuidada de lo que es normal en estos productos, con una atmósfera tétrica conseguida por el uso pictórico de las sombras y un argumento original que no llega a decaer, la narración se ve lastrada por una pareja protagonista algo bobalicona que atrae la atención de la mitad del metraje lo menos.
Claro que teniendo horror de a peseta en blanco y negro, ataques vampíricos perpetrados por el más educado de los no muertos y evocaciones de siniestros lugares y oscuros rituales, ¿quién va a entretenerse en ponerle pegas a este Valle de los Zombies? ¡No seré yo quien ose hacerlo, desde luego!
6 comentarios:
¡Qué peliculón! Cada día se vuelve más asombroso, abuelito. Me encantaría mecerme en sus rodillas mientras me cuenta una historia estremecedora, espero que no me malinterprete, confío en su devoción cristiana, pero como es dado a los monstruos y a la literatura depravada, no sé qué pensar... Le ruego que continúe depredando la filmografía lugosiniana que quedaron algunas cositas que me gustaría conocer...Un abrazo a sus barbas!
Sea, nietuco camelón... la próxima vez hablaremos de algún Lugosi no censado... ¿Bowery at midnight? ¿Chandú the magician? ¿La silla número 13? ¿Shadows of Chinatown...?
Lo del disparo en la cabeza me parece muy interesante. ¿Recuerda algún precedente cinematográfico anterior?
Es que la pareja bobalicona es obligada en todos estos productos!! Un profesional en esto de hacer de novio bobalicón era el "draculiano" David Manners.
Saludos y a seguir descubriendo estas joyas!!
Absence, no me constan precedentes así. Lo que sí hay en otras ocasiones es más líos con la ortodoxia monstruosa.
David Manners... un hombre que NUNCA vió la película Drácula... ¿Qué se puede esperar de él?
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