EL SECRETO DEL DOCTOR RENAULT
Director: Harry Lachman. Con J. Carrol Naish, George Zucco, Lynne Roberts, John Shepperd. USA, 1942
Uno de los mejores títulos del cine primate de todos los tiempos toca hoy; su recientísma reedición en impecables condiciones vale como excusa para volver sobre un filme someramente abordado en una antigua entrada del Desván.
Joya secreta, vaya por delante, perla metafísica del fantástico de los cuarenta infravalorada por los lechuguinos de siempre por su carácter de serie B, y eso a pesar de que una producción barata de una major como la Fox es siempre superior en medios y profesionalidad a cualquiera de los estudios pobres Monogram o PRC... en fin, dejémoslo, ellos se lo pierden.
Película tanto de actores como de atmósfera, que se eleva al Olimpo gracias a la intervención de J. Carrol Naish como Noel, el hombre simio creado por el Dr. Renault a partir de un gorila de Borneo, y de George Zucco, el divino calvo, que compone aquí su más sabroso papel de sabio loco. Comparte mucho con Frankenstein, ya que como en aquella el peso del relato recae en la relación que se establece entre creador y criatura, expresada en esta ocasión con unos tintes teológicos evidentes y turbadores.
Naish, condenado sin elegirlo a la tortura de la existencia consciente por un dios malvado e incomprensible, evidencia en cada uno de sus gestos grotescos el patetismo de su condición y de la nuestra; como los seres que crease Moreau en su isla sólo puede afirmarse a sí mismo destruyendo a quien le dio la vida. Nada tiene que envidiar su rica interpretación, cargada de matices, a la de Karloff como Monstruo de Frankenstein. Imaginen qué sublime.
Zucco, demiurgo sin sentimientos como los dioses de verdad, intenta guiar tiránicamente la patética existencia de su remedo humano a latigazos si es preciso. Todo en medio de una puesta en escena sobresaliente, en la que no faltan mansión siniestra, paneles secretos, laboratorio subterráneo, mazmorra, alambiques y pipetas, noche, niebla y telarañas: la parafernalia del género al completo.
Escenografía perfectamente fotografiada, en la tradición de la escultura de sombras que conforma las mejores imágenes del fantástico amado; una narración bien hilvanada, si acaso perjudicada por las premuras que impone su escaso metraje; un argumento maravilloso dado a múltiples lecturas y unos actores de quitar el hipo. Emoción pura, poesía en movimiento, oscura y absurda como la carne palpitante misma.
7 comentarios:
El Club de Fans de George Zucco le agradece su atención para con el gran actor que perdió la memoria allá en uno de aquellos mágicos platós.
Eternamente agradecidos le estamos.
Y es que Zucco era mucho Zucco!!! Una película disfrutable como pocas, y un clásico que al fin podemos recuperar en calidad como la joya que es. De la alegría que me dió la noticia ya vió usted que coloqué el pack de "Horrores de la Fox" como horror del mes en mi blog.
Saludos venerables!!
Genial película y genial J. Carrol Naish! Menuda caracterización consiguió el tío sin apenas maquillaje! Precisamente la vi este fin de semana y me encantó!
Excelente post, no conocía este film, me lo apunto por si pudiera echarle un ojo algún día todo lo que sea de terror con porte simiesco me atrae, y gracias por tu ilustre visita a mi blog y por enlazarme, eso da fuerzas para continuar con él, yo sí conocía el suyo (A traves del de Absence o del foro de la dixtopia ya no recuerdo bien) aunque lo tenía en favoritos no lo he visitado con la frecuencia que merece por mi escasez habitual de tiempo libre,(En realidad visito habitualmente pocos muy pocos) algo que espero remediar desde ya comenzando por enlazarle también a usted. :-)
Gracias, abuelito, el post lo había leído, pero se me pasó. Me asaltó la curiosidad por está película porque está basada en el libro que me denomina. Balaoo, de ese gran delirante que fue Leroux.
Una edición, por cierto, muy difícil de encontrar. Aparte de algunas aventuras de Rouletabille, de Leroux se ven por aquí El fantasma de la ópera, La máquina de asesinar, La muñeca sangrienta y La esposa del sol.
Creo que Balaoo no se ha editado nunca en España. ¡Cuánto me gustaría echarle el guante!
Sí, existe una edición antigua de CH. Bouret, de principios de siglo, después no conozco otra edición española (aunque ésta estaba impresa en Francia). Cuando pase por estos lares, avíseme y veo si le puedo conseguir una. Un abrazo!
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