ANTONI BATLLORÍ i JOFRÉ
Siempre dijo de sí mismo que dibujaba en catalán: y tenía más razón que un santo. Penúltimo de la estirpe de ilustradores de aquella tierra que siguieron los pasos de Joan Junceda, fundador de este estilo de línea pura y modernismo tardío, Batllorí publicó miles de páginas desde los republicanos años treinta hasta bien mediados los setenta, algunos tal vez lo recuerden del TBO. Ni una sóla desentona en tan colosal conjunto, tal es la sabiduría gráfica que desplegó infatigable este intérprete gráfico del mundo.
Veinte años nada más tenía cuando Pocholo, uno de los mejores semanarios de la Era Republicana, sacó a la luz en 1935 estos dislates cinegéticos de un misterioso Capitán Sin Nombre que tan acertadamente ilustraba nuestro hombre.
El universo como retablo de maravillas y emociones; lo exótico como sinónimo de peligro; dominio y poder expresados sin tapujos, a balazos; las condenables costumbres de los incivilizados y las fieras. Aquí todo es asechanza, dentellada, amenaza.
Un trabajo delicioso, no me lo negarán, gracias al cual podemos aprender de los usos amorosos de los bosquimanos u Hombres Monos, que hasta pies de simio tienen, y su querencia por el garrotazo amoroso; admirar a un antropófago tostando al fuego su pincho moruno de carne humana; contemplar cuán hábiles son los pigmeos cortando cabezas a ras, o saber de la terrible agresividad de las focas, que no conoce otro remedio que el palo bien dado encima de su cabezota. Hasta de su vano deseo de capturar un animal prehistórico nos informa, entre león y león abatido por su rifle. Tan remilgados como somos hoy, páginas tan espléndidas no serían posibles...
24 comentarios:
De mérito es ver todo lo que transmite con trazos tan sencillos, y además sobre temas políticamente incorrectos. Es curioso que hace 80 años hubiese más libertad que hoy en día cuando debemos vigilar cada palabra que decimos. Yo que era un niño en los años 70 también recuerdo esos años como menos políticamente correctos que ahora.
El texto también es muy curioso, a mis años aprendo que el "agua de fuego" era una mezcla de aguardiente, pimienta y hierbas aromáticas. :)
Si todos los ilustradores bigotudos tienen esta habiiidad... ¡bienvenida la serie que le dedicará!
Seguramente, Batllori es el dibujante de mi infancia. Más que con cualquier otro, los primeros pasos de mi imaginación aventurera van ligados a él. Revisitarlo, Abuelito, me pone la piel de gallina.
Un tesoro atemporal, sin duda
Ay, ¿estas cosas existían?
Curiosidades de la vida, mis paseos nunca me habían llevado hasta señores bigotudos que ilustraran relatos de aventuras. Yo me crié con colecciones de cuentos de hadas de imágenes inquietantes.
"Encantada de conocerlo, señor Batllorí Jofré. Tiene usted un no sé qué-qué sé yo para apelar a la mente aventurera".
Precisamente esa cabeza que vuela cortada me recuerda un dibujo del mismo Junceda, creo que en Las Minas del Rey Salomon, de Seix Barral. Usted que es persona mas sabia lo conformará. Batllorí, como Serra Massana, están hoy muy olvidados, pero un buen degustador siempre agradece volver a ellos.
Genial forma de recomenzar el curso.
He de reconocer que de niño me saltaba la página de Batllorí Jofré del TBO, por pereza, por no esforzarme en leer aquellos extensos textos, porque ese señor no dibujaba historietas con bocadillos. Imperdonable error que décadas después estoy remediando, leyendo esos trabajos de los añejos TBO que voy recuperando.
Magnífica entrada, con material que yo no conocía.
Esto si que es instruir deleitando sobre las bestias selváticas, y no lo que hace el payaso de Frank de la jungla ese.
Precioso, abuelito!!
Un saludo.
En efecto, Saturnino, los setenta (por no hablar de las décadas anteriores) fueron felizmente más incorrectos que los tiempos actuales, tan saturados de hipocresía...
Galderich, el próximo ilustrador dotado de mostachos en aparecer por aquí será otro virtuoso, más que de la línea, de la sinceridad y la expresividad más castiza: Serafín. Espero que le guste...
Barcelona entera (al menos la ciudad de su infancia, don Enric) aparece en mi imaginación como un dibujo de Batllorí Jofré... o de Junceda, o de Serra Massana,o de Lola Anglada, relatado por Folch i Torres... cosas de la imaginación inconsciente, ya ve usted...
Atemporal y perpetuo, amigo Rubén...
Existe, doña Adictive, por más que estén hoy olvidadas, como el pasado en general: no hay más que ir a buscarlas y aparecen por doquier. A ello consagro mi vida desde este Desván, misión intrascendente y soñadora...
Gran ojo, señor Anónimo: una de las ilustraciones en color de la edición que cita corresponde a la escana de la lucha y deciatación de un nativo por parte de uno de los amigos de Quatermain... escena inmortalizada también, cabeza volante incluida, por Manolo Prieto en su cubierta de esa novela para la colección Novelas y Cuentos...
Nunca es tarde si la dicha es buena, don Alfonso; y sí, la página de Batllorí semejaba anticuada, rancia a nuestos ojos infantiles. Solo que lo que entonces se percibía defecto, hoy ha devenido virtud...
Ya sabe usted, Wolfville, que nuestra formación acerca de la naturaleza y sus fieras proviene en su totalidad de fuentes como estas, y no de los documentales de la segunda cadena...
Casualmente ando leyendo un libro de otro catalán sobre África, estrictamente contemporáneo de las ilustraciones de Batllorí: Sáhara-Níger, de Nicolau Rubió i Tudurí. Como en este caso, las opiniones tienen un estupendo regusto de la época; un pie de foto dice "meditación final, sobre unos cocodrilos muertos y bajo un sol a plomo"
Es la selva -y los continentes enteros- que recorriamos de chicos, un mundo de novelas y tebeos con cazadores intrépidos, nativos salvajes y fieras muy fieras.Es la que me gusta, claro.
Amic Rancio: Nicolau Rubió i Tudurí, tot i que va viure sempre a Barcelona, era menorquí. Gran arquitecte i especialment paisatgista.
Destaquen els jardins del Turó Park, del Parlament de Catalunya, de Pedralbes...
La seua família manté la Fundació Rubió i Tudurí a Maó.
La selva de verdad, Leblansky, está llena de mosquitos y miseria... muy al contrario d ela ficticia, que es la selva de la emoción primigenia, aquella en que hemos sido acunados... tan verdadera o más, por tanto, que la otra.
Me consta, amigo Pay, me consta. No quería robar a nadie lo suyo, pero es que él se consideraba como tal y, en el libro que menciono, al acabar la travesía del Sáhara lo primero que hace es poner un telegrama al presidente Macià.
A mi me parece que fueron los increibles ochenta la década que más se parece a los treinta.
Naturálmente hablo desde un punto de vista totalmente parcial,los ochenta es mi época.
Desde luego, Angeluco, en cuanto a tolerancia y espíritu libertario, tiene usted razón en que os ochebta fueron lo más parecido a la desenfadada década de los treinta... No se me había ocurrido y es una verdad reveladora, sin embargo...
¡Lo que son las cosas! Precisamente estos hay una exposición de la obra de Batllori cerca de Barcelona: http://enarchenhologos.blogspot.com.es/2012/09/exposicions-de-tardor-i-nostalgia.html
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