FOG ISLAND
Director: Terry Morse. Con George Zucco, Lionel Atwill, Veda Ann Borg, Jerome Cowan, Ian Keith. U.S.A., 1945
Hala, se dirá más de uno entre ustedes: ya está otra vez el Abuelito dando la tabarra con otro de esos filmes sólo aptos para fans, del año de la nana y repleto de actores de los que veneran él y cuatro chalados más de su misma cuerda. Razón puede que no les falte, mas despreciar producciones menores tan disfrutables como esta no dejaría de ser un craso error. No hay cine para fans: hay cine entretenido y bien hecho y otro que es tostón y cenizo. Y esta Isla de la Niebla, mal que les pese, pertenece a la primera categoría.
Cierto que es festival de actores, de aquellos secundarios habituales de la serie B genuina capaces con su sola presencia de animar cualquier función, de aportar credibilidad a lo inverosímil, de interpretar sin parapadeo lo que les echen. Verdaderos maestros, qué quieren que les diga, modestos y solventes como nadie. Ahí están los dos grandes gentlemen británicos, George Zucco y Lionel Atwill, cuyas virtudes nunca me cansaré de glosar; la bella y gélida Veda Ann Borg, dama de la serie negra de reducido precio; Ian Keith, el actor elegido en principio para personificar a Drácula, desbancado por San Bela Lugosi; o Jerome Cowan, melifluo y gomoso, uno de esos rostros de fino mostacho y reptilesco ademán, malo habitual frente a Sam Spade, el Santo y otros paladines de la Era Pulp.
Es Fog Island policial gótico, mezcolanza muy de mi gusto, con mansión aislada -en una isla, literalmente-, pasadizos, criptas, telarañas y trampas mortales, casi una sucursal en pobre del clásico Diez negritos. Como en aquella, involuntarios huéspedes conviven en un caserón, mirándose de reojo para ver quién es el primero en largarse violentamente al Otro Barrio. Gente elegante, fina, de la que viste de etiqueta para cenar. Y es que esta alianza de la educación con la villanía es combinación difícil de resistir para quien les habla.
Y en eso nadie gana a Lionel y a Zucco, enzarzados en duelo mortal, capaces ambos de mantener sus modales mientras apuñalan, estrangulan o amenazan a sus víctimas. Todo antes que perder la clase, algo de lo que por fortuna van sobrados. Una hijastra inocente, un pipiolo, una medium con turbante, un siniestro mayordomo y un grupo de financieros son los invitados a la enrevesada trampa que el resentido Zucco ha preparado y de la que no se librará ni el apuntador.
Bien merecido lo tienen, qué caray, que para eso son gentes de orden de las que no pierden la compostura mientras asestan la puñalada trapera, como acostumbran a hacer banqueros, leguleyos y otras rapaces criaturas de despacho, ya lo habrán experimentado en sus carnes todos ustedes.
Una realización sencilla, que no plana, sobria, sin alardes y estrictamente funcional, hábil a la hora de crear la necesaria atmósfera y precisa como pocas para no aburrir en ningún momento al espectador. Ya les digo, conformarse con llamarlo filme sólo para fans es hacer flaca justicia a cine tan refrescante como este. Y quien no lo entienda así, que se pregunte de dónde le viene tal cortedad de miras...
10 comentarios:
De ese reparto, mi favorito es Ian Keith, actor secundario que trabajó bastante para Cecil B. De Mille; para Don Cecilio interpretó a personajes históricos como Saladino y Tigelino (que riman). Y como curiosidad, hizo dos veces de Rochefort en las versiones de "Los tres mosqueteros" de 1935 y 1948.
Pero yo sé que a quien usted prefiere es a Lionel Atwill. Creo que yo aprenderé a apreciar a este gentleman gracias a sus entradas en el Desván.
La verdad es que ha llegado un momento en que casi todos los actores "de carácter" que se van encontrando de una en otra producción de la época me parecen maravillosos, carismáticos sin exageración y convincentes por sistema...
Aquí canonizados tenemos a Atwill y a George Zucco, los dos mad doctors más conspicuos. Otro villano encantador es Cedric Hardwike, aspirante a ser proclamado beato.
De Ian Keith, otro que tal baila, hablé hace tiempo a cuenta de "Valley of the zombies", un filme ignoto en el que hace de vampiro heterodoxo. Si se le antoja puede consultarlo aquí:
http://eldesvandelabuelito.blogspot.com.es/search?q=valley+of+the+zombies
Un placer saludarle, don Alfonso.
Ian Keith fue Ramsés I, padre de Cedric Hardwicke, que fue Sethi, ambos faraones en "Los Diez Mandamientos" (1956) de Cecilio B. De Mille. Curiosa coincidencia parental en su comentario...
Creo, no obstante mi interés por Keith, que Drácula salió ganando con Bela Lugosi para interpretarle.
Muchas gracias, como siempre, Abuelito.
Abuelito, a riesgo de hacerme pesado le diré que su atención al detalle es la que ambienta estas entradas. La frase "de la que viste de etiqueta para cenar." ya nos sitúa en medio de estas películas sin esfuerzo, como si viajáramos en el tiempo. Es equivalente a mirar una foto de la grada de un campo de fútbol de los años 40 o 50 y ver a los aficionados impecablemente vestidos de traje y corbata, que se puede gritar al árbitro, pero sin perder la buena imagen.
Admirable cartel: Atwill y la señora parecen dos figuras de madame Tussaud.
En esta caso el detalle, don Saturnino, es sustancia, la esencia misma de este tipo de relatos en los que fondo y forma viene a ser lo mismo, puesto que los elementos formales definen más aún que el argumento las características de la narración... Como bien dice usted, basta saber algo anecdótico, como la mentada ceremonia de la cena, para que de inmediato se sepa a qué clase de representación estamos asistiendo... Personalmente lo que más me enamora de estas películas -o novelas, lo mismo es- son estos detalles que componen su particular, conocida y confortante atmósfera...
Dio usted en el clavo, señor Rancio: no sólo en el cartel, sino en el filme, todos los personajes se comportan como figuras de la sra. Tussaud (o del Museo de Cera que tienen ustedes en su ciudad, digno de verse)... Son, afortunadamente, arquetipos reconocibles de inmediato, sin prtender en ningún momento aspirar a ser otra cosa de mayor entidad personal... lo que acaba por conferir ese encanto, el del reconocimiento, que no es poco...
Zucco contra Atwill!!!! Nadie podría resistirse ante tamaño duelo de colosos. ¿Estamos ante otra reflexión filosófica entre dos encarnizadas formas de ver la muerte, casi paralela a "Satanas", que ya enfrentó a Bela y Boris? No, ni falta que hace. Serie B "pulpera" y elegante como ella sola para alegrar cualquier tarde o vigilia noctámbula. "Fog Island" es una de las mejores curas para el tedio de la vida.
"Ya está otra vez el Abuelito dando la tabarra con otro de esos filmes sólo aptos para fans, del año de la nana y repleto de actores de los que veneran él y cuatro chalados más de su misma cuerda".
Y bien que se lo agradecemos esos cuatro chalados.
... y no sabe cuánto conforta, Angeluco, saber que al otro lado de la pantalla hay "chalados" como usted que comparten con uno esos gustos y fijaciones...
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