MAX LINDER en
SEVEN YEARS BAD LUCK
Director: Max Linder. Con Max Linder, Alta Allen, Ralph Mc Cullough, Joe Martin. USA, 1921
Llega hoy al Desván un filme heterodoxo, no en sí mismo, sino en cuanto a su presencia por estos pagos, dados, más que a comedias como esta, a excesos fantásticos de toda laya. Recoge sin embargo la única intervención que se conserva de quien fuera primera estrella primate del celuloide, el orangután Joe Martin.
Estos siete años de mala suerte se deben al gran Max Linder, un caricato célebre de la primera hornada, triste superviviente de la Primera Carnicería Mundial, que acabó por suicidarse con su jovencísima señora después de haber tenido tiempo de triunfar y de haber sido olvidado. Pinchen encima de su ilustre nombre y podrán averiguar más sobre esta Grandísima Persona con Bigote.
Compuso Max un personaje que repetiría filme tras filme, el galán atondrado, elegante, mujeriego y un punto borrachín, que vive de fiesta en fiesta sin pegar un palo al agua, todo farsa, todo burla, elegancia y descreimiento. Aquí el pobre rompe un espejo y desde entonces todo le sale mal: riñe con la novia, es atropellado, su mejor amigo le traiciona, le roban la cartera y hasta va a dar con sus huesos a la cárcel.
Seven years bad luck mantiene una frescura envidiable, gracias al enorme talento como mimo y bailarín del señor Linder y a una realización precisa y sin alharacas. Aparecen haciendo diversas gracias algunos animalitos -una oca, un gato que le lame el bigote, una leona amistosa y hasta un elefante. Entre ellos, sólo el orangután Joe Martin -que aquí captura a un fugitivo Max sin necesidad siquiera de salir de su jaula- alcanzaría el rango de estrella.
Según pone en este sapientísimo blogo norteamericano el orangután intervino en papeles casi protagónicos en no menos de una decena de cortometrajes. Tan popular llegó a ser que hasta hicieron un tebeo titulado Joe Martin. Era 1920 y el animal no paraba de trabajar.
Desdichadamente el pobre Joe se iba estresando cada vez más con esa vida de farándula a la que su dueño le había condenado. Más agresivo día a día, llegó a destrozar un plató entero en uno de sus ataques de -justa- ira. Así estaban las cosas cuando un día llegó a escapar de los brazos de su cuidador y mordió fuertemente a una señora presente en el estudio...
El marido de la afectada lo vió, y furioso con el primate, lo amarró y arrastró hacia una silla de dentista que formaba parte del atrezzo de otro filme en rodaje. Allí, sin anestesia ni nada, el muy salvaje arrancó una a una todas las piezas dentarias del mono con unas tenazas... hasta que alguien se apiadó del mico y le descargó un tiro en la cabeza.
Mas todos sabemos que Hollywood no tiene alma: poco tardó el estudio en adiestrar un chimpancé -menos díscolo, seguramente- y lanzarlo como el nuevo Joe Martin. Presumiblemente es de este segundo simio de quien habla, docto como siempre, el Señor Feliu en ESTA otra crónica de Seven years bad luck. No sé si quedan filmes de esta segunda encarnación; del Joe original, primer protomártir del Cine Primate, sólo ha sobrevivido esta cinta de Max Linder... Así que háganse un favor, véanla y guarden un minuto de silencio por la suerte triste del pobre Joe...
12 comentarios:
Fantástico Max Linder e injustamente olvidado.
Tendría que figurar por delante de Chaplin en las antologías del cine,tal vez destacó demasiado pronto y desapareció aún más pronto.
Unas historias cruzadas que, siendo ambas en apariencia desenfadadas, tienen ambas un espeluznante final...
El filme parece divertido, pero será difícil de encontrar, supongo.
Alucinado me quedo con el espeluznante final del gorila,desde luego el humano fue infinitamente mas bestia que el animal.
El filme se encuentra en emule, sin problemas; es comedia refrescante, muy divertida, altamente recomendable... fantástico Max Linder!
Venerable Abuelito:
Cómo se alegra su nieto de que haya usted devanado el ovillo y desentrañado este caso de ho-moni-mia que hubiera puesto en apuros al mismísimo mesié Dupin.
¡Tremendo el final del irascible Joe! Y un filón este sitio al que usted nos remite dedicado a las más oscuras historietas.
En primer lugar porque sale uno de su burricie: pensaba que pocas estrellas animalescas había más allá de la compañera de Elmo Lincoln y de Rin-Tin-Tin. Ya se puede poner usted a buscar como loco ejemplares del trío simiesco "Max, Moritz & Pep, los monos humanos de la Fox".
En segundo porque me entero de que Baby Peggy -de la que una vez vi un cortometraje con unos tipos de doscientos kilos denominados en España "Los Tres Gorditos" y de los que no sé nada- escribió unas memorias. En este caso, soy yo quien corre a buscarlas.
En cuanto al aprecio de la obra de mesié Linder, ya sabe que es compartido.
Feliz temporada, su nieto que bien le quiere, Sr. Feliú
Querido Abuelito, que grandes ratos pasa uno leyendole y aprendiendo del cine que nos precede. Y es que tanto Max Linder como Joe Martin, son unos auténticos desconocidos para mi. El inventor del slapstick y maestro de Charles Chaplin, y la primera estrella primate del celuloide. Vergüenza me tendría que dar...
En fin, me tengo que hacer con algunas de estas películas via mula o como sea.
Saludos Abuelito!
joe martin grandeeeeeeeeeeeeeeee
gracias a estos grandes vividores y aventureros disfrutamos los nietucos!!!!!!!!!!!!!!
Disculpe, Abuelo, pero voy a hacer eso que los modernos llaman un off-topic: ¿sabe si hay forma de localizar los Celuloides rancios, de Jardiel Poncela? estoy muy interesado, como semitocayo que soy, en ese filme.
...pues no tengo ni idea, señor Rancio... mas si averiguo algo, se lo comunicaré...
El pobre Max Linder fue otra víctima de los gases tóxicos de la Primera Guerra Mundial, aunque sin la acromegalia de Rondo Hatton. Claro que vaya final más trágico el del orangután. Daría para una película titulada ¿Qué fue de Joe Martin? Borgo.
Señor Rancio, venerable Abuelito, me inmiscuyo en sus cosas porque sé de un espectáculo albaceteño en el que han querido recuperarlos en un show cinemático-teatral.
http://www.youtube.com/watch?v=JKwoJ31mXj8
Yo creo que de los "Celuloides rancios" sólo pondrán "Los ex-presos y el expreso", que se corresponde con "The Great Train Robbery" (1903), el clásico de Edwin S. Porter. Pero son suposiciones.
En cambio, proyectan los "Celuloides cómicos" que Jardiel produjo durante la guerra: "El fakir Rodríguez", "Un anuncio y cinco cartas"...
Si no necesita verlos, sino que únicamente precisa información sobre su gestación, realización y recepción, déjele recado al Abuelito, señor Rancio, y ya le hago llegar algo.
Su seguro servidor, Sr. Feliú
Muy amable, sr. Feliú, pero es la cinta en sí lo que ando buscando por estás redes del diablo sin éxito. De la historia de ambas películas estoy más o menos informado, pero en cualquier caso, muchas gracias.
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