Director: Holger-Madsen. Con Alf Blutecher, Frederick Jacobsen, Lilly Jacobson, Philip Bech. Dinamarca, 1918.
Sabrán ustedes que con esto de que el señor Meliés ha ido hace poco hasta la Luna y el Sol, se ha puesto de moda lo de viajar por el cosmos. Ahora, todavía con la Primera Guerra Mundial dando sus últimos coletazos, son los daneses quienes se han decidido a fletar una nave hacia Marte. Lo malo es que a diferencia del mago francés, estas gentes del norte toman la vida muy en serio, y se piensan que cuanto hacen debe tener grave trascendencia.
Unos señores de frac y de chaqué, el sabio Profesor Planetaros y sus audaces pilotos enteramente vestidos de cuero negro construyen a la manera de Julio Verne el Excelsior, un avión de cuerpo muy gordo con cuatro ruedas y dos grandes hélices capaz de surcar las galaxias. Allá que se sube una escogida tripulación -entre los que se encuentra un revoltoso americano que insta un motín porque no le dejan darle al frasco- y entre unas y otras, van llegando al planeta rojo.
Hasta ahora, todo pasable, imágenes hermosas, interiores bonitos, metálicos y claustrofóbicos llenos de remaches y aparatos, trajes futuristas e ingenuas tomas del avión en el espacio. La desgracia es que los marcianos, a los que encuentran nada más llegar, son un hato de señores de lo más empalagoso que visten túnicas blancas, llevan flores en el pelo, son pacifistas, telépatas y vegetarianos y abominan del vino que los terrícolas les dan a probar.
Pasan la vida en el campo, que Marte parece un escenario de juegos florales, cantando himnos y danzando. Son creyentes, tienen sacerdotes a los que llevan en andas, hablan mucho con Dios y proclaman la fe del amor universal. ¡Qué desperdicio! ¡Cuánto jiperío triste! ¡Y encima se permiten reñir a los terrestres por ser un planeta de viciosos, donde todos fuman, beben y van de tugurios! Filme con mensaje de Perogrullo, estéticamente hermoso, bien fotografiado, contado con parsimonia y en el fondo, enemigo de lo puramente fantástico.
---------------------------------------------
(Reseña aparecida en el 2000Maníacos nº 38, una fuente de saber casi ilimitada. ¡¡A ver si se lo compran, so rácanos!!)
6 comentarios:
Hermosas imágenes las de esta ignota película... a pesar de su estéril llamada a la fraternidad universal.
Su nieto, Sr. F.
¡Y luego dicen que"Avatar" es original!El mismito argumento!Eso si,con el tiempo transcurrido los remordimientos de conciencia son mayores.
MEIN GOTT!!... ¡¿Así que era usted el sospechoso lacayo nuevo, el cual, durante la proyección de "Himmelskibet" en el Schloss el pasado fin de semana, atendía a éste Herr Graf de forma poco solícita y camaleónica?!, esto es, un ojo puesto en el servicio de plata y el otro en la pantalla del teatro privado de éste Herr Von...
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
Lo que yo decía (no ha subido ni comentario por algo) es que a estos supuestos marcianos mascaflores les mandaba yo no al profesor Planetaros este, sino ya que se mencionaba a Verne, a Robur el Conquistador, a ver qué cara se les quedaba.
La ciencia ficción alemana de entreguerras es realmente riquísima. También en su faceta literaria. ¿Ha leído usted las ediciones peninsulares que en aquella época se hicieron de Otto W. Gail?
Lamentablemente, las descononozco por completo, señor Abraham...
Publicar un comentario