2010-04-30

Jungle Jim

JUNGLE JIM
Director: William Berke. Con Johnny Weissmuller, George Reeves, Virginia Grey, Lita Barton, Rick Vallin. USA, 1948
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Se pensaba el pobre Juanito Weissmuller que una vez desemabaraza-do de su taparrabos tarzanesco, y después de finiquitar las últimas y muy lamentables películas de la serie (caída ya en una decadencia total de la que Tarzán y la cazadora (1947) y Tarzán y las sirenas (1948) son prueba indiscutible) iba a poder alejarse al fin de las ajardinadas selvas en que había pasado dando tumbos los últimos dieciseis años.

Y no iba a ser así. Siguiendo el destino común a tantos actores del cine de género, Johnny debía apurar su copa de hiel hasta no dejar ni gota. El cuerpo no lo tenía ya para muchas exhibiciones pectorales, avejentado como estaba pese a su buena forma, así que vistiéndole camisa y pantalones los productores decidieron convertirlo en explorador y mandarlo de regreso a los territorios exóticos de mentiras donde había transcurrido su vida.



Ahora se llamaba Jungle Jim, criatura concebida en la historieta por Alex Raymond, que ya contaba con un serial cinematográfi-co de 1936 -la era de oro del personaje-, y que había de vivir en la piel de Weissmuller durante trece filmes nada menos de 1948 a 1954, llegando incluso hasta la televisión dos años más tarde en su última aparición.

Esta que hoy traigo bajo el brazo es la primera de todas. Habita Jim de la Jungla en el pequeño paraje hollywoodense de rocas y arbustos donde deambulan en círculos cuantas expediciones han partido hacia la serie B, y que lo mismo resulta ser el Far West como el norte de África, un bosque europeo o el planeta Marte. No falta su estanque para que se bañen el antiguo campeón de natación y los cocodrilos, ni montañas de stock-shots de otras películas con toda clase de fieras y primates.



Los nativos que moran en tan indeterminado lugar no son nunca negros, sino latinos, orientales, italoamericanos y en general cualquier clase de gente con los cabellos morenos. Acompañado por ellos -a los que se empeña en llamar massais- Jim emprende expedición a la búsqueda de un templo perdido donde la ignota tribu de los brujos se dedica a realizar sacrificios humanos.

Todo de forma harto cansina, sin apenas emoción (ni guión, hay que decirlo), en un ambiente paupérrimo. No es de extrañar, porque produce Sam Katzman, veterano administrador de los estudios ínfimos de Hollywood (los del llamado Callejón de la Pobreza), que hace que incluso Sol Lesser, el extraordinariamente tacaño productor de los últimos filmes de Tarzán aparezca como Rey de la Esplendidez comparado con él.

Triste suerte la de Weissmuller, condenado a convertirse en una versión de segunda mano de sí mismo. Si este filme torpe y depauperado es el título estrella de la serie, mejor no imaginar como han de ser los últimos... aunque saliendo el enano Angelo Rossitto en uno de ellos y gorilas de trapo en varios más lo mismo otro día los veo y se lo cuento, que ya conocen ustedes mis debilidades...

7 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

No me extraña que el pobre Weissmuller tuviera aquel final triste en el que se creía que era verdaderamente Tarzán. Demasiada dosis de selva, aunque fuera esta más artificial que esos gorilas de trapo. Hablando de gorilas, después de tantos años, la mona chita (que es en realidad mono) aún sigue viviendo a sus 78 años y vive retirada placidamente y se dedica a la pintura. Me pregunto si el viejo simio aún recuerda el grito del pobre Weissmuller.

Anónimo dijo...

Por favor sr Cahiers, ¿podría dar alguna referencia internáutica sobre la dulce senilidad de la mona Cita? Gracias.

angelpito injurioso dijo...

Creo recordar que la mona(mono)Chita vino a España para hacerle un homenaje en el festival de cine de Peñiscola.Que impresionantes son los dibujos de Alex Raymond,aqui en Jungle Jim todavia era un novato,pero en Flash Gordon y sobre todo en el Agente x-9 es de una maestria que pocas veces se ha igualado,quizas con Miton Cannif (Terry y los piratas,Steve Canyon)Burne Hoggarth y Hal Foster,que hicieron Tarzan y el principe Valiente.

Sap dijo...

Una vez más, la reseña que nos regala el Abuelito, mejora al original. Y no sólo eso; lo dignifica. Sólo desde el más extremo de los cariños se puede escribir así, y hacer que la manifiesta cutrez de enanos x pigmeos y orejones en elefantes asiáticos, se nos haga tan apetecible. ¡Cuánto debió sufrir el Abuelito viendo a Blancomolinero soltar sus tristes gritos de chiflado en el programa del Íñigo!

miquel zueras dijo...

Sáqueme del comezón de la duda, Abuelito: ¿Rossitto hacía de pigmeo? No me lo imagino todo tiznado. Borgo.

Lord Ghoultiérrez dijo...

Hay que pensar en el lado oscuro y de nostalgia aprovechada que debieron elucubrar los perpetradores de este desproposito a la hora de convencer al gran Weissmuller. Fijo que le prometieron el oro y el moro, recordándole que estaba dando vida a otro icono selvático del pulp y que la jugada iba a ser igual de exitosa tanto en calidad como en dinero. Lástima, lástima...

Ah, Rossito, que gran persona y personaje.

Un saludo.

El Abuelito dijo...

...Sí, señor Borgo, Rossitto ha hecho de pigmeo en varias ocasiones; así, a bote pronto, recuerdo haberlo visto de tal guisa en "El signo de la cruz" de De Mille, en el que en el circo de Nerón se enfrentaban amazonas versus pigmeos, y a Rossitto (por supuesto tiznado) la tocaba en suerte ser enarbolado por una arisca mujer guerrera; y "Sherlock Holmes y la Mujer Araña" en la que salía de una maleta e introducía en los domicilios señalados un venenoso arácnido... era una especie de salvaje de los Mares del Sur o cosa semejante, e iba con la piel oscura...