Es el humor de esta revista satírica, La Traca, el del hombre harto, exabrupto tosco y grosero contra seres e instituciones en las que no puede menos que ver fomento de la opresión, de la ignorancia, de la superstición. Así lo muestran los chistes -ilustrados en su mayoría por Suau- entresacados del nº 16 de la publicación, correspondiente a agosto de 1931.
Los adalides que la fe inquisitorial siempre ha encontrado en España no tardarán en despertar, cansados de consentir tanto desmán y tanto ataque a sus privilegios, que no es humor precisamente lo que le sobra a la clerigalla.
Más o menos como hoy, pero a lo bestia: cuando se cambien las tornas, el señor Carceller, editor de La Traca, será colocado frente a un pelotón de fusilamiento y ejecutado, por rojo.
Dibujos burdos, sí, pero la mar de necesarios. Hasta imprescindibles, diría yo...
7 comentarios:
Las revistas anticlericales (la Tralla fue la más famosa!) eran geniales por su contundencia crítica contra la Iglesia.
Gracias por recordar este episodio y por recordar a los que se dejaron la vida con publicaciones alternativas cuando Franco entró y no perdonó nada de nada...
Estimado Abuelito:
Me permito recomendarle, si es que no la conoce ya, esta enjundiosa página donde debe haber mucho material contrario a estos vendedores de humo y superstición:
http://hemerotecadigital.bne.es/titulos.htm
Hay que decir que los colaboradores de La Traca no se la cogían con papel de fumar: al pan, pan, y al vino, vino... con una contundencia y claridad hoy absolutamente impensables, que serían condenadas como herejía por uno y otro lado...
Señor Sap, no conocía tan prodigiosa página... me aguardan horas de recreo e instrucción con ella... menuda maravilla, mil gracias!
Cuidado, Abuelo, que esta gente está muy crecida y dirán que practica un clericalismo trasnochado. Como si lo suyo fuese algo actual.
Trasnochado, querido Rancio, aspiro a estarlo en todo. Mal puede representar insulto tal concepto, antes bien, alabanza y halago.
Y que se fastidien...
No comprendo el regocijo ante eso. Además de "tosco, grosero y burdo", como dice El Abuelito, me resulta definitivamente patético.
Y si recordamos, muy justamente, que "el señor Carceller, editor de La Traca, será colocado frente a un pelotón de fusilamiento y ejecutado, por rojo", no olvidemos, por favor, que entre 1936 y 1939 fueron asesinados por los "antifascistas" más de 6.000 curas y monjas (y 16 curas vascos por los franquistas).
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