Tres tebeítos nada más, es cierto, y aún así este inconcluso Descubrimiento del Doctor Brande se convierte en pequeña obra maestra (secreta, además, que pocos la conocen) de la historieta fantástica española.
La ilustró felizmente Víctor Aguado en unos tiempos muy malos, cuando andaba el Tío Paco muy flamenco compadreando con sus colegas Benito y Adolfo a costa de las desdichadas poblaciones europeas. Era 1942 y parecía que la cosa del totalitarismo fascista iba a durar siempre. Los estados raciales puros en los que se divide la humanidad, que aparecen en esta serie, son claro eco de lo que estoy diciendo.
El autor del guión lo desconozco; acaso esté basado, díganmelo ustedes si lo saben, en la novela de Ray Cummings Tarrano el Conquistador, que había publicado en España unos años antes la colección Novelas y Cuentos. Es historia pausada y apocalíptica, en las antípodas de la space opera.
Don Víctor, ilustrador catalán, prolífico portadista de folletines y pulps, apenas incursionó en la historieta: lástima grande, a la vista de esta serie. Estética y concepto muy cercanos a los de La vida futura (1936), la película de Korda diseñada por el inmortal William Cameron Menzies. Miren si no qué maravillas arquitectónicas, tan inusuales en el medio, deja caer Aguado por entre las viñetas.
Ciencia ficción pionera y hermosa, que desmiente una vez más la mala fama con la que todavía intentan los ignorantes mancillar a los tebeos de la posguerra.
6 comentarios:
El dibujo es estupendo, y si la verdad es que tiene un aire a la vida futura, ¡¡vaya joyas guarda usted en el desván abuelito!!!
zapateta!
diantres!
¿es que este bendito desván
no va a parar nunca de darnos alegrías y festejos para la vista?
ay... dios...
qué regomello y qué disfrute viendo estas estampas tan viejunas y nunca suficientemente vanagloriadas...
Verdaderamente tienen un aire muy futurista, no sólo para su época sino para la actual.
Pues sí, a la vista de esto, es una lástima que no se adentrara más en el mundo del comic.
Estupenda entrada, como siempre.
Salu2
Joyas,joyas y más joyas.
Éste no es un desván,es una galería de arte,un museo de arte rupestre del bueno.
menuda joya oculta.. yo que creia que en aquellos años solo era válido lo que aparecia en las revistas de Consuelo Gil
Quizás es una obra demasiado temprana (es un tebeo más antiguo que El Guerrero del Antífaz más del gusto del paquillo y el resto de la pandi) pero realmente la obra prometía. También tienen un punto raymondiano las ciudades esas...
A partir de los cincuenta con la irrupción de Diego Valor los tebeos de ciencia ficción tuvieron mejor acogida.
Lo que hay es mucho desconocimiento del tebeo español de posguerra. ¡Menos mal que quedan sitios como el desván del abuelito dispuestos a recuperarlo!
Impacientes Saludos.
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