EL CÍRCULO ROJO
¡¡Suenen clarines y fanfarrias en el Desván, pues la visita que hoy traigo convierte al día en fecha solemne!! ¡¡Nada menos que el último de los folletines fantásticos que el enfebrecido catalán don José Canellas Casals, gran pionero del fantástico español, escribiese para la editorial Marco!! De tan eximia serie les mostré ya algunos frutos, Un viaje al planeta Marte, El último vampiro y el primero de los superhombres ibéricos, Mack Wan el Invencible. Hoy está aquí El Círculo Rojo, un destarifo de señores con máscaras de gas, robots voladores, alados vampiros del aire, hombres invisibles, indios, leones y vehículos estratosféricos de no te menees! Mezcla de fuerte sabor que a buen seguro ningún degustador de lo outré puede dejar de apreciar en lo que vale... ¡¡Una fortuna!!
Marc Farell ilustró, como en anteriores ocasiones, con su trazo ingenuo y vigoroso apto como pocos para describir fiablemente maravillas antañonas. Una organización criminal dotada de toda clase de medios, el Círculo Rojo, enreda entre dos naciones estilo Ruritania para provocar la guerra; frente a ellos, el intrépido Black, inventor del poderoso explosivo Blackerina, hombre noble capaz de volverse invisible e incansable fabricante de prodigios mecánicos. Como siempre en las narraciones de Canellas, la trama general aparece deslavazada y confusa, opacada tras un torrente de acción, milagrerías científicas, felicísimos disparates e hiperbólica prosa ¡Arrenegada sea la lógica, viva el espectáculo de lo imposible...!
Salieron a la calle estos postreros folletines cuando la Guerra Civil asomaba ya por la esquina; Canellas abandona la Barcelona republicana para trabajar en San Sebastián en el ultramontano semanario Pelayos que editan los carlistas... y al verse huérfano el Círculo Rojo no tarda en venirse abajo; tras apenas estos doce fascículos cuyas cubiertas les traigo su final se precipita en colofón absurdo y repentino. Una víctima más de aquellas dos Españas que desde hace tanto tiempo nos definen y acompañan sin traernos nada bueno...
20 comentarios:
Grandioso, grandioso, Abuelo. Este es el único círculo rojo capaz de superar al de Jean Pierre Melville!
Magnifica joya arqueologica, Abuelito! XD
Quien las pillara!
Creo sinceramente que esta entrada, la de Nanuk El Hombre Fiera y la de La Corsaria X tenían que estar también bajo la etiqueta "superhombres ibéricos". Y que había que ir procediendo sabiamente a la mitograficicación y alanmoorización de todo esto... El tema derechos, me imagino, no podrá contar ya menos en muchos de estos casos...
Señor Miguez, ha visitado usted mi blog? Creo que estamos en la misma onda...
;)
Déjese usted, que a mi los dibujos de este círculo rojo me fascinan... esos fabulosos trajes antigás, esas alas artificiales, esos buitres amurcielagados... un verdadero deleite para los sentidos.
Alucinante.....quiero más, ¿dónde?.
Me ha venido a la cabeza esto....
http://www.flickr.com/photos/soupynoodle/3016313319/
la película es tremenda también...
Salut!
¡Yo quiero para Reyes uno de esos trajes rojos con máscara antigás y alitas!!! No me imagino a Farell trabajando con los de Flechas y Pelayos, debía sentirse como un pulpo en un garaje. Saludos. Borgo.
Este blog me ha remontado a mi temprana infancia, cuando fantaseaba con convertirme en un superheroe y entre disfraz y disfraz jugaba a ser superman, otras veces batman, otras el hombre araña y tantos otros. Esto del círculo rojo trae reminiscencias sobre aquellos comics, aunque no refieran a ellos particularmente. Muy bien logrado su sitio, le felicito y que siga el circulo rojo por mucho tiempo para deleite de sus lectores!
Que magnifica añoranza comiquera. Y los dibujitos me recuerdan a los de Alex Raymond.
Hay que ver como influenciaba su trazo, a todos los demás dibujantes de su época.
Abuelito, un saludo, no he podido volver a bloguear pero aquí sigo en la guardia de estos lujos.
Coincido con el señor Miguez. Una liga de superhéroes patrios extraordinarios sería algo deseable y disfrutable por igual. El señor Aroca debería tomar nota.
Un saludo rojo.
En dos palabras, im - presionante.
Señor Rancio, conociendo su gusto por los enmascarados años treinta, confiaba en que le gustase este Círculo Rojo... Quedan aún más folletines fantásticos de Canellas, irán desfilando por aquí...
Don Luis, señor Jack, la materia que les absorbe, los superhombres ibéricos, es ahora mismo el tema de un texto que tengo redactando a mi alter ego el señor Porcel... Un informe minucioso realizado con las fuentes documentales delante, para dejar claro de una vez por todas las raíces del rico patrimonio fantástico nacional... A ver cuando lo termina...
Don Altés, no puede usted negarlo, por más que pretenda alejarse de la cosa: es usted carne de pulp, devoto, como magistralmente definió, de ese arte menor... Y volverá, volverá algún día con el tema en su blog, como el criminal que siempre regresa -malgré lui- al lugar del crimen... Alguien enamorado de las máscaras de gas y los trajes de sectario rojos está lo quiera o no obligado a hacerlo...
Señor Zueras, de Farell logré averiguar que después de algunos trabajos más para el editor Marco realizados en la inmediata posguerra, abandonó el medio y se dedicó a la pintura y -tal vez, no lo recuerdo- a dar clases de dibujo... Efectivamente su aire misterioso y sincero mal hubiera casado con los tebeos del Movimiento...
Don Raúl, bienvenido por esta casa, que sigue su espacio virtual consagrado al pulp hace ya tiempo...
Deseando estamos de leer ese texto sobre superhombres hispanicos, abuelito!!!
Un saludo!
XD
Marc Farell después de la guerra se volvió muy católico: pinto frescos en iglesias e ilustró libro religiosos, pero antes de la guerra... ¡ay! ¡también dibujó cuadernicos sicalípticos!
No sabía nada al respecto, don Dionisio... cuán de agradecer sería que ampliara su información, hombre sabio... Le escribo aparte a su correo...
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