DOCTOR PYCKLE AND MISTER PRYDE
Director: Scott Pembroke. Con Stan Laurel, Julie Leonard y el perro Pete. USA, 1924
No sabía la que iba a armar don Roberto Luis Stevenson cuando dio a la imprenta su libro sobre las infortunadas andanzas del Doctor Enrique Jekyll. Nada tardó en convertirse en obra teatral, y de ahí a pasar al cine siguiendo el camino de ilustres predecesores como Drácula o Frankenstein. La historia se simplificaba cada vez más, limando asperezas y dando, según conviniese, mayor o menor relieve al componente sexual latente.Para 1924 lo menos se habían estrenado seis versiones, desde una danesa (1910) a la de Jaime Cruze de doce años antes, pasando por las dos que vieron la luz en 1920, la canónica interpretada por el gran John Barrymore, y otra más pacata y moralizante, de la que algún día les contaré, protagonizada por Sheldon Lewis. Tema, pues, conocido de sobras por el público. Sólo faltaba la parodia para que quedase definitivamente incorporado al imaginario del siglo.
Nada menos que Stan Laurel dio el paso adelante. Cómico de raza, payaso enorme de los que no se avergüenzan de serlo, ya llevaba tiempo rodando de plató en plató. Poco le faltaba para componer con Oliverio la más famosa de las parejas de hecho del cinematógrafo, dejando atrás por fin estrecheces y miserias.
Doctor Pyckle and Mister Pryde es un corto de menos de veinte minutos donde el Flaco se despacha a gusto ironizando sobre la versión de Barrymore, a quien imita en ademanes -esos brazos vacilantes estirados hacia delante- y aspecto, con los dedos larguísimos y unos pelujos descuidados símbolo de su perfidia y su falta de respeto al orden. Tanto se identifica la melena con el mal que hasta un perro que bebe accidentalemente la pócima la luce sobre su cabeza antes de ponerse a dar mordiscos a diestro y siniestro.
Sencilla y efectiva a más no poder, es una gozada contemplar los brincos y travesuras de un Mr. Hyde ingenuo y expresivo, amigo de robar helados a los niños o asustar señoras con un matasuegras.Una joyita cómica que de seguro ha de regocijarles tanto como a mí.
Háganme caso y pinchen AQUÍ, que podrán verla de inmediato sin moverse de sus asientos. No están los tiempos para desperdiciar la ocasión, que reír, según dicen los sabios azucarillos de los resturantes chinos, es pasar el tiempo con los dioses...
11 comentarios:
Buen cambio de estética de blog con un cadaver de Manolo Prieto presidiendo la cabecera y un corto fantástico que deconocía del "Flaco".
Curioso que actualmente la maldad sea representada más bien con lo opuesto: ¡¡La Calvicie!! En cualquier caso una delicia que reparte alegrías a espuertas en cada visionada. Ya quisieran "Scary movies" y moderneces varias conseguir lo que esta parodia. ¡Ser tan válida como el original!
Wolfville retorna con nuevo blog tras no permitírseme modificar el antiguo, por lo que puede actualizar sus favoritos si gusta -disculpe la molestia-. Y por supuesto enhorabuena por la bella factura de su desvan actual.
Un saludo polvoriente.
Que cosa más curiosa. Stan Laurel haciendo de Hyde/Pryde...voy a verlo!
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Abuelito, créame si le digo que mi temor por su salud se compensaba con la certeza de su sabiduría... Quiero decir que... ¿Ha visto Ud. lo que han hecho con el Capitán Trueno?
Vale, vale, ahora le doy al botón de don Stanley.
(En cuanto a la nueva decoración del Desván, creo que aún es pronto para formarme una opinión).
Saludos.
Buen cambio, a mejor, abuelito. La fuente del conocimiento sigue inagotable, y la calidad de las imagenes, que suelo bajarme, en su punto.
Gracias
www.hayquevivirla.blogspot.com
Como un servidor también peina canas (y gracias que aún peino algo) recuerdo haber visto ese corto años ha en un espacio de TVE llamado "Silencio por favor" dedicado al cine mudo como prólogo a la emisión de "El hombre y la bestia" con John Barrymore. Gracias por el enlace que ahora mismo disfrutaré. Saludos. Borgo.
Buen ojo el suyo, señor Galderich, al conocer al gran Prieto... Vea el corto un día, que le gustará...
Actualizado el enlace, señor Wolfville. Blogspot es un arcano misterioso que nunca deja de sorprender, ora por sus bondades, ora (más a menudo) por sus carencias...
Ajustada observación la suya: hoy los villanos lucen cráneo mondo; la melena ya no es símbolo de desorden, más bien de bondad y buen rollo... ¡Qué cosas!
No he visto, don Sap, al cinematográfico Trueno. Cosas muy malas me temo visto que el director es el mismo de la infumable "Los Borgia", y el guionista, Pau Vergara, declara no haber sido seguidor del personaje... No sé porqué a un director más bien intimista le han de encargar una película de acción, misterio...
Pero en fin, habrá que verla, que no todos los días se pasa a la gran pantalla un héroe del tebeo español hoy llamado "clásico"...
Las imágenes indudablemente ganan, creo yo también, don Emilio. Otra cosa es el aire vetusto de antaño, que se ha perdido un poco. Tributo a pagar a los tiempos de hoy, supongo...
Yo que hace ya mucho que no peino nada recuerdo, don Borgo, un espacio del UHF que se llamaba Sombras recobradas, por el que semanalmente desfilaba solo cine mudo, en prime time, que se dice ahora, de Chaney y Tod Browning a Fritz Lang, Los ojos de la momia de Lubistch o El que recibe las bofetadas, o...
Justo como la tele de ahora, ¿verdad?
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