HISTORIAS TENEBROSASDirector: Richard Oswald. Con Conrad Veidt, Reinhold Schünzel, Anita Berber. Alemania, 1920
Todo comienza en marco tan paradisíaco como una librería de viejo
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, de propietario gruñón y excéntrico como acostumbran a ser los de su gremio. Tres retratos colgados en las paredes cobran vida; representan al
Diablo, la
Prostituta y la
Muerte, que salen de sus marcos y se ponen a leer los cuentos de miedo que van a constituir la película.
Es este
Historias tenebrosas título poco afamado y sin embargo obra magna y pieza obligada para cuantos amen de veras el Fantástico
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. No es expresionista, lo que no tiene porqué ser defecto alguno, aunque la anima el mismo
pathos morboso, febril y empecatado que late en esta clase de filmes. Como en
Las manos de Orlac o
El Gabinete del Dr. Caligari (ambas, como esta, protagonizadas por el icono
San Conrado Veidt![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmUAFNzkZmF8IdefoMLYNJ-lzQObItxx_dbdc2enPpCQDufnCXxv6pBP8unSN2U5L6E2aA9a5-uLxIRzrXDUhP91gq3kcmC6ircFUIQPDtent2nfNRFP1iGHp73NHOSMgfHmcHxA1xDO4/s320/vlcsnap-2011-05-23-19h42m36s51.png)
) se juega con la pérdida del sentido de la realidad y una atracción por la locura semejante a la que el ratón experimenta ante la serpiente.
Cuenta con una bella fotografía, magníficos encuadres, planificación y modos narrativos modernos, que no vanguardistas
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, en las antípodas de lo teatral que caracteriza las producciones teutonas anteriores a la Guerra Mundial. Interpretan todos los relatos el mismo trío de actores, encarnación excesiva y genial del sexo, la locura y la autodestrucción que son eje del género. Y mantiene además un aire netamente siniestro
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y una expresa voluntad de dar miedo que la convierten en auténtica madre pionera del cine terrorífico. Comprenderán, pues, mi emoción al visionarla...
Son historias sencillas, breves, cautivadoras.
La aparición se llama la primera, en ella
Veidt protege a una mujer de un marido loco que pretende estrangularla, llevándola refugiada a un hotel donde ocupan habitaciones separadas
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. A partir de ahí se desencadena una pesadilla alucinada, la misma que filmase don
Terencio Fisher años más tarde con el título de
Extraño suceso.
La mano, siguiente cuento, narra de dos calaveras que se juegan a los dados a una mujer, el perdedor asesina al ganador; su fantasma le amargará la vida hasta que en una sesión de espiritismo el espectro le dé caza final
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.
El gato negro, que todos conocen por Poe, contiene logradas secuencias de cadáveres, escaleras y sótanos en penumbra que anticipan claramente las futuras tinieblas de la sacra Universal; hasta el stenvensoniano
Club de los Suicidas adquiere aquí tintes harto más macabros y claustrofóbicos que en el original
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. Cierra tan encantadora recopilación un cuento burlesco de celos y pelucas empolvadas del propio director, el prolífico
Richard Oswald, responsable de perlas fantásticas como
Cagliostro (1929), una versión de 1930 de la
Mandrágora de Hans Heinz Ewers o un remake de estas mismas
Historias tenebrosas![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfkKDajqc4_jEz10GAaOooKrScSYxGFHJalY7L4NCRTzTyw4wNXuGV2PLoyMfsM9L8fkfP9Agu5Et6iVsVgS5c262bvHfOPYK8LyncOzLqtnjvf2KI4gShj4tK8FQqKu7YkeMEtIrPFbM/s320/vlcsnap-2011-05-23-19h50m21s106.png)
que con don Pablo Wegener rodase en 1932, poco antes de que Adolfito comenzara a desencadenar el verdadero y genuino terror...