2012-05-29

12 Sexploitation


LA LOCURA DEL SEXO
Más de una vez se habrán preguntado, consumidores compulsivos de celuloide como son ustedes, por qué será que los que gustan del cine de terror suelen apreciar no poco la Sexploitation, ese género más morboso que explícito tan en boga durante el siglo XX, antes de que el porno puro y duro se encargase definitivamente de expedir su certificado de defunción.


Será, digo yo, porque ambos géneros son de dar miedo. El uno, porque pone en tela de juicio la fe en lo racional, espejismo que proporciona la ilusión de un mundo ordenado lejos del temible caos; el otro porque igualmente asusta a las gentes bienpensantes con su temor a caer en las garras del instinto o de sucumbir bajo el poder animal de sexo contrario, las más de las veces la hembra libre y dominante, que al cabo y sin engañarnos, hombres son los principales destinatarios de estos filmes.



No vayan a creerse que eso de la Sexploitation es cosa de los setenta, ni mucho menos. Abunda fecundo desde los años treinta entre los norteamericanos de la mano de ínfimos productores, exhibido en circuitos cuando menos irregulares, paupérrimas salas o ferias ambulantes. El pretexto suele ser de carácter científico, alertando de los peligros de la sífilis (como en Sex Madness), soltando disparates sobre la fecundación artificial (Test tube babies), mostrando exóticas representantes de otras culturas con las tetitas al fresco (caso de The blonde savage y otros  documentales mondo avant la lettre)  o glosando las ventajas del nudismo y el naturismo... siempre con el objetivo poco disimulado de mostrar carne y calentar entrepierna. Vender, en una palabra.


A mí las que más me gustan son las producciones más astrosas que suelen acercarse a la cosa del putiferio y el mal vivir. Jovencitas secuestradas obligadas bajo amenaza a vender su cuerpo, zorrones que gustan de entregarse a bandas de moteros, ricachones viciosos ávidos de sensaciones, señoras cuyos maridos no las atienden como deben... Gloriosa mezcla de melodrama, hipócrita a no poder serlo más y morboso como él sólo, con la lección contra el pecado y la complacencia en él, ese mecanismo tan apreciado por los cristianos. Además de ser, ay, tedioso en más de una ocasión, que como todas estos asuntos de cine basura que dicen ustedes mucho se promete para luego no cumplir.


Prometen, ya lo ven, es estos gloriosos carteles que hoy les traigo, de reciente aparición en el Desván y pendientes muchas de ellas de ser proyectadas en la abueitesca pantalla. Proceden en su mayoría del catálogo de Alpha Video, una encantadora casa americana especialista en rescatar el trash más viejuno a precios para ecomonías humildes como la nuestra. Vayan a visitarla AQUÍ y llévense algo si pueden, a ver si por fin pueden alcanzar su Licenciatura en Underground... 

2012-05-24

Fantasmas españoles

LA LLAMADA
Director: Javier Setó. Con Emilio Gutiérrez Caba, Francisco Morán, Carlos Lemos, Tota Alba. España, 1965
¡Menuda joyita olvidada que traigo hoy bajo el brazo! Nada menos que una peli española de miedo, de antes que empezara eso que ahora llaman fantaterror de sangre, señoritas en sostén y monstruos con colmillos. No, señor, esta es de terror de otra clase, del antiguo, del que huye de criptas y se refugia en temores ancestrales. Rodada en 1964, es heraldo y pionero de la explosión de horror que asolaría poco después los cines de barrio peninsulares. La llamada es su título, y es elegante, sobria y de fantasmas. ¿Quién da más?
Dirige Javier Setó, hombre curtido en géneros varios, del épico medieval al fútbol pasando por la comedieta, el musical o el cine negro, y es obra que desde su fugaz estreno hasta hoy parece eso que dicen maldita, o de culto o como sea. Filme insólito a caballo entre las Historias para no dormir televisivas, en su espíritu más que en sus formas, harto más eficaces aquí- y la tradicional ghost story anglosajona, por cuyos aguas navega irreprochablemente. De hecho es tal cual una historia de Sheridan Le Fanu, Edith Warton o la Sra. Oliphant: comparte con todos su sentido del horror sobrenatural, la absorbente narrativa y su capacidad para acongojar.
Cuenta -con excesiva parsimonia inicial, pronto corregida- la historia de amor fou del jovencillo Emilio Gutiérrez Caba con una chica misteriosa que lo mismo se estrella en avión y se mata un día, que te llama por teléfono al siguiente... Y es que el territorio de La llamada es lo espectral, el espacio ambiguo entre este mundo y el otro que tanto frecuentaron los victorianos, y que aquí lleva al pobre Emilio desde Barcelona hasta una casa con aroma a cementerio en la Bretaña francesa. Canónica mansión encantada de aire gótico, de las de mucha madera, arcos en ojiva y asfixiante mobiliario. Y unos habitantes de echarse a temblar.
Elegantes aristócratas, gentes de orden de maneras tan frías, correctas y peligrosas que si dan ya escalofríos cuando se los topa uno en este mundo, imaginen si encima no sabe si están vivos o muertos o algo intermedio en todo caso mucho peor... Custodia el caserón don Víctor Israel haciendo el enajenado; habitan un Paco Morán de ultratumba que da auténtica desazón y un par de damas de moño en ristre, piel en hombros y una sonrisa macabra que ríase usted de Los Otros, los Orfanatos, los niños con baby y toda esa retahíla tan Edward Gorey hoy tan en boga.
Cine a contracorriente, comedido y eficaz, de puesta en escena, fotografía en sombras y encuadres academicistas con fuerte y agradable regusto clásico, de ese que prefiere antes sugerir que mostrar. Y no es que uno desdeñe monstruos ni artificios, ya me conocen ustedes, pero es que donde esté una buena historia de fantasmas... y encima de por estos pagos... menuda alegría...   

2012-05-21

Superhombres Ibéricos: Águila Negra

Nuestra siempre imitada y nunca igualada sección SUPERHOMBRES IBÉRICOS se complace en presentar a
ÁGUILA NEGRA  el justiciero
Harto, más que harto y requeteharto estoy de proclamarlo a los cuatro vientos: la historia del tebeo español no es la que les han venido contando durante años...
Para muestra el botón que viene hoy al Desván, una serie concebida y editada en plena posguerra, en 1948, procedente de los talleres gráficos de editorial Bruguera y con un tema y una imagen que rebosan modernidad por los cuatro costados. Miguel Ripoll Guadayol, uno de los más olvidados genios de nuestra historieta, fue su creador gráfico. Firmaba Ripoll G.; dueño de trazo sintético e inquieto, su obra se dispersa en publicaciones como Florita, la revista de las niñas y jovencitas, o El Coyote, también semanario editado por Germán Plaza donde tuvo que vérselas con otro superhombre de andar por casa, Kay y el Lagarto Humano. Otro día se lo enseñaré.







Don Rafael González, el Hombre para Todo de Bruguera, el guionista sombrío y tenebroso que crease los horrores del Inspector Dan, ideó este proyecto. Serie breve, que el país no estaba para soñar con superhéroes, mitología demasiado ajena y optimista para tiempos miserables como aquellos.
Escapa Águila Negra a todos los tópicos, con ese dibujo tan lejano a las tendencias realistas que entonces imperaban y ese argumento loco, tan devoto de cuanto fuese la América soñada como inalcanzable paraíso.





Nadie sabe de dónde sale este Justiciero Volador, quién es ni a qué se dedica. Un enemigo poderoso en la estela de Fu Manchú lo combate con el objetivo de conquistar erl mundo, como mandan los instintos de su pérfida raza. Por medio, acción, mamporros e iconografía gótica a mansalva: torturas, monstruos, mundos subterráneos, encapuchados, hasta una soberana reina de un ejército de muertos vivientes. Disfruten descubriéndolo quienes no lo conociesen, que no tengo duda ha de ser agradable sorpresa para todos...


2012-05-16

The Whisperer in Darkness

THE WHISPERER IN DARKNESS
Director: Sean Branney. Con Matt Foyer, Daniel Kaemon, Matt Lagan, Autumn Wendel. USA, 2011, pero parece de 1931 (¡VIVA!)

Una de las grandes ventajas de abrazar la Fe del Fan es la gozosa capacidad de vivir algunos filmes como epifanías, portentos, apariciones. Donde otros no ven sino celuloide más o menos bien confeccionado, el creyente percibe ecos de un mundo añorado y a todas luces superior. Lo malo es que el fenómeno, una vez superado el amplio conocimiento de los Sagrados Títulos de la Universal y afines, muy rara vez suele repetirse. Nada extraño en un presente dominado por lo vulgar, lo realista y lo zafio.
¡Quién iba a imaginarse que el Parnaso acechara tras una producción del año 2011, el siglo que viene, como quien dice! Y sin embargo, el milagro se ha producido. ¡¡Aleluya, pues, a celebrar como se debe el advenimiento de El que Susurra en la Oscuridad!! Una producción moderna capaz de poner los pelos de punta al más curtido devorador de fantástico, ejecutada por el mismo equipo de genios que ya diese a luz el año 2005 al clásico silente The Call of Cthulhu, del que hace tiempo les di cumplida noticia AQUÍ. Así que no sean gandules y antes de seguir leyendo, repasen las antiguas palabras de su Abuelito...

Tras varios años de rodaje y producción ha podido la Howard Philips Lovecraft Historical Society -algo que por pomposo que suene no es sino un grupo de fans dedicados en principio a los juegos de rol y más tarde inmersos, por fortuna, en el mundo del cine- estrenar su esperadísimo primer largometraje. Y tal como hicieron con La llamada de Cthulhu, lo han filmado según manda el año de publicación del relato original lovecraftiano en que está basado, en este caso 1931.

Visionar el filme es sentir lo más parecido a lo que un lector de Weird Tales de los treinta debía experimentar al acercarse por vez primera el mundo tenebroso del Mago de Providence. Tal es el prodigio: por más que se conozca la historia, por más que se hayan visto muchas otras semejantes, el filme se acerca a Lovecraft con tal respeto y fascinación  que la pureza de su mirada se transmite casi físicamente al espectador, felizmente transportado a un pasado hecho de papel amarillento, maravilloso sentido de la aventura y la fantasía y genuino espíritu pulp. ¡A ver quién da más...! 

Una fotografía en blanco y negro digna de los mejores filmes del glorioso ayer; un aprovechamiento de los escasos recursos que para sí quisiera cualquier serie B de las de verdad; un guión que sumerge al espectador en el más puro horror, sin prisas pero sin pausas, como diría don Adolfo Suárez; una cámara que rehúye el refrito o el pastiche y se muestra audaz y conservadora al mismo tiempo; unos efectos especiales eficaces y precisos... y un entusiasmo y devoción que, ya les digo, de inmediato sentirán en sus corazones de auténticos amantes del Fantástico... ¡¡¡El mejor título de miedo de esta década, sin duda alguna!!!

2012-05-10

Freixas en la India Misteriosa

DON EMILIO Y EL MODERNISMO HINDÚ

Si existiera en esta tierra asomo de justicia, lo que nunca ha sido, la mitad de capitales contarían con una calle dedicada al dibujante Emilio Freixas, último de los modernistas, cartógrafo minucioso del Universo Feérico, pincel preciso de elegancia exquisita y barroca como pocas en el mundo hubo.
Ya hace algún tiempo les mostré AQUÍ MISMO sus relaciones con los monstruos, criaturas cuya esencia es la fealdad, tan contraria a sus modos estéticos.

Es el de Freixas modernismo tardío, postrero casi, hijo de la escuela catalana de primeros de siglo. De abierta vocación popular, siempre su obra se dirigió hacia las masas, buscando la máxima difusión y huyendo de lo elitista. Seguramente es por eso, por esa dedicación a lo que con un deje de altanería denominan artes menores, por lo que la crítica oficial le ha negado siempre el pan y la sal. Menuda majadería.










Hacia 1947 viajó hacia la India, de la mano del editor Pablo Molino, tras haberlo hecho por el Japón, Bohemia y Escandinavia. Molino, Rey del Pulp Español, hizo honor a su nombre imprimiendo siempre en papeles porosos, con tintas inciertas en las que los negros nunca llegaban a serlo, soportes muy dados a ser comidos por el tiempo hasta adquirir tonalidades amarillo-viejunas. O sea, lo menos indicado para que el arte de don Emilio brillase como debiera. Y aún así...



Es este India irreal, como debe ser. Mundo de lánguidas princesas, arquitecturas imposibles, turbantes colosales, vestiduras cuajadas de joyas, mobiliarios de pedrerías. Aves parlantes coronadas, paladines efébicos de luna y estrella en el rostro, dioses extravagantes y esplendorosos, peces gigantes y mujeres hechas de plumas y gasas.
País soñado, esencia de lo que por Occidente consideramos lo Exótico. Personalmente, adoro visitar estos lugares freixianos con asiduidad. Espero que a poco que su gusto sea algo cultivado, no deje de ocurrirles lo mismo...